Arturo Sánchez Gutiérrez: Yo sí le creo al INE

La sentencia del Tribunal Electoral sobre el caso de Jaime Rodríguez Calderón ha sido acatada en sus términos por el Consejo General del INE. Esa era su obligación y la cumplió a cabalidad. Con todo, no escuche ninguna manifestación de apoyo a la sentencia del Tribunal, ni por parte de los Consejeros Electorales, ni de los representantes de los partidos políticos. Las razones son muy simples: de los dos millones 34 mil 403 apoyos presentado por El Bronco, el INE descartó 810 mil 995 por diversas razones, entre las que destacan cuestiones insólitas: personas que no estaban en el padrón electoral o en el listado nominal, personas que estuvieron pero que han fallecido, personas con credenciales no vigentes, presentación de fotocopias, credenciales diferentes a la del INE o simuladas. En otras palabras, el INE detectó que se intentaba obtener una candidatura a través de mecanismos fraudulentos que pretendían engañar a la autoridad. No es posible que un muerto haya brindado su apoyo a nadie. La pregunta es: ¿de dónde sacó El Bronco los datos para presentar los apoyos de una persona fallecida? Ante tales inconsistencias, yo creo que el INE hizo bien en hacer una revisión completa de todas las firmas. Esa también era su responsabilidad, además de que, de todo ello, informó oportunamente a los aspirantes, pues no solo lo hizo con El Bronco, sino con todos aquellos que tenían estas irregularidades. El resultado de la segunda revisión fue catastrófica para El Bronco. Ese análisis colocó al aspirante fuera del cumplimiento del requisito de ley. Lo interesante es que el Tribunal no entró a revisar si en efecto esto es cierto o no. Cuatro de siete magistrados del Tribunal Electoral simplemente coincidieron en que El Bronco no tuvo la oportunidad de defenderse ante el INE, y por eso existía “duda razonable” en el sentido de que el aspirante había cumplido con el requisito. Por lo tanto, procedía otorgarle el registro. Durante la sesión del Tribunal, los magistrados que apoyaron el proyecto usaron argumentos para responsabilizar al INE. En breve, se asumió que el INE no siguió un “debido proceso”, que actuó de una manera desaseada, los registros fueron mal calificados, existieron omisiones por parte de la autoridad, etc. Incluso se llegó a afirmar que la App del INE podría no haber funcionado bien. Por ello, no sorprende que el Consejero Presidente iniciara la sesión del Consejo General, haciendo un amplio reconocimiento a los más de mil colaboradores del INE que participaron en la revisión de los apoyos recibidos. En todo caso, el asunto afectó al proceso electoral. Si a dudas razonables nos vamos, yo le creo más al INE, a su meticuloso trabajo y a las conclusiones a las que llegó en este proceso. Pero la autoridad es el Tribunal Electoral que será la responsable de calificar la elección presidencial.