Me han preguntado por qué este espacio se llama La Fuente, la inspiración proviene de una de las anécdotas más fascinantes. Es el nombre de la obra que cambió la historia del arte, y esta semana celebramos su aniversario 101.
El 10 de abril de 1917 en Nueva York, se abrirían las puertas para una nueva exposición de la Sociedad de Artistas Independientes. Días antes de la inauguración, el jurado de esa sociedad se había enfrascado en una polémica, al rechazo de presentar en la muestra un urinario real propuesto como obra de arte, llamada La Fuente y firmada con el seudónimo R. Mutt.
Marcel Duchamp, jurado de la sociedad, era el autor de la obra, calificada como una burla e indecencia, al estar asociada con desechos corporales. Ante la censura, el artista renunció al jurado y el famoso urinario jamás se volvió a ver. Entre los grupos artísticos circulaba una foto, pero fue hasta mitad de los 60 cuando Fountain, su nombre en inglés, volvió a los reflectores y marcó el nacimiento del arte conceptual.
Hoy, cuando nos topamos con un objeto ordinario presentado como arte, hablamos de arte conceptual. Con La Fuente fue la primera vez que se presentó un artículo de uso común en un museo, y el argumento para entenderlo no es cuestionar lo que vemos o cómo se hizo, sino el detrás del objeto, es decir, su concepto.
En una encuesta realizada a 500 expertos en arte, se votó a la Fuente, de Duchamp, como la obra moderna más influyente del siglo, por arriba de pinturas de Picasso o Warhol. Hay quienes la validan, otros que la odian, incluso muchos cuestionan hasta que Duchamp sea su verdadero autor.
Decenas de artistas se han inspirado en la pieza, sugiriendo otros significados. Por ejemplo, Maurizio Cattelan utilizó al ícono para presentar un inodoro de oro de 18 quilates dentro de los baños del museo
Guggenheim, y el cual estuvo disponible para el uso público.
Dicha obra, de nombre América, causó polémica cuando el Guggenheim le propuso al presidente Donald Trump poner a su disposición el retrete para decorar la Casa Blanca, la idea por supuesto fue declinada por el mandatario.
La Fuente, expuesta hoy en el Art Institute de San Francisco, es una obra emblemática que creó una revolución de ideas y formas de entender el arte. A través de una narrativa sencilla esta columna también busca dicho fin: lograr un mejor entendimiento del arte contemporáneo e inspirar a que más personas se enamoren de él.