Pues ahora resulta que, desde la cárcel, “El Chueco”, el ex gobernador de Quintana Roo a quien el entonces presidente Ernesto Zedillo acusó de varios delitos –delincuencia organizada y lavado de dinero, entre otros—y al que un grupito de 70 legisladores priistas defendió públicamente en 2007 para que no lo extraditaran a Estados Unidos, se ha convertido en valioso informante y promotor político de Andrés Manuel López Obrador, y también en defensor de algunos pillos de siete suelas.
Resulta obvio suponer que la intención de “El Chueco” es congratularse de López Obrador y aprovechar su promesa de que si gana la Presidencia de la República amnistiará a los criminales que están encarcelados injustamente, a los que les fabricaron delitos o cometieron éstos porque no tenían para comer, consideran los observadores. Y también darle una repasadita al PAN de Fox y de Calderón; a Fox porque, según el delincuente, ordenó que presionaran a Gustavo Ponce para que “soltara la sopa” y declarara que López era un corrupto; y a Calderón por haber aceptado que lo extraditaran. Y también al PRI de Zedillo, quien fue el que lo “entambó”.
¡Ingrato! Le gritan al presidiario los mismos priistas --varios de los cuales siguen en activo en el Congreso--, que hace once años le pidieron al presidente Felipe Calderón que no concediera la extradición, argumentando que el juez de la causa faltó a los principios de congruencia y exhaustividad que deben imperar en todas las resoluciones judiciales. Omitió, agregaron los legisladores del tricolor, la sentencia absolutoria dictada por el juez Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales, y expusieron que se atrevieron a someter a procesos y juzgar a “El Chueco” por los mismos hechos, lo que contraviene la disposición del Artículo 23 Constitucional. También le recordaron a Calderón que le olvidaba que se trataba de un mexicano que ya ha sido juzgado en su país por los mismos delitos que se le imputan en Estados Unidos.
El temor de los diputados del PRI y de algunos gobernadores del mismo partido, quienes también defendieron públicamente a “El Chueco”, para que no lo extraditaran a Estados Unidos, era que allá podrían hacerlo "cantar" y que diera nombres, apellidos, cargos…
Esta fue la breve historia del ex gobernador priista quien ahora esta convertido en corresponsal de AMLO, destacado en la cárcel. Si gana el “Peje” podría nombrarlo director de Reclusorios.