La noción de que la campaña electoral en México sea el blanco de un esfuerzo de desinformaciones y divulgación de noticias falsas está cada vez más enraizada en Washington.
La idea, para políticos y especialistas, es que esa operación es parte de una estrategia geopolítica más amplia, una que de acuerdo con el senador Mark Warner, principal demócrata en el Comité de Inteligencia de la Cámara alta, permitiría a la Rusia de Vladimir Putin competir con Occidente, nominalmente Estados Unidos, en una nueva era.
"El jefe de estado mayor de Rusia, el general Valery Gerasimov, le dio a Putin exactamente lo que necesitaba", dijo Warner durante una reciente mesa redonda en el Carnegie Endowment for International Peace de Washington.
Ese plan, de acuerdo con Warner, reconocía "una difuminación de las líneas entre la guerra y la paz, entre el conflicto directo y el conflicto indirecto en el siglo XXI", así como el uso de "medios no militares" para desarrollarla: conflicto informativo y el uso de las medidas de lo que llamaría oculto, carácter oculto.
"El general Gerasimov esbozó una visión de la doctrina militar rusa que depende no sólo del armamento convencional, sino de todo un sistema de medios asimétricos. Su visión de la piratería informática, los ciberataques, la guerra de información y la propaganda serían las armas preferidas", aseguró Warner.
Es un tipo de conflicto que el propio legislador afirmó su país no está preparado para enfrentar.
En la misma mesa redonda un especialista en asuntos rusos, Andrew Weiss, aseguró por su parte, que la intervención rusa es real en la agitada politica mexicana: "En las redes sociales, donde los mexicanos están cada vez más activos, estamos viendo un número desproporcionado de las discusiones y, más o menos, de Twitter o de discusiones en Facebook que vienen del exterior".
Dado el número de mexicanos que viven fuera del país, que incluyen una cantidad considerable de personas de nivel educativo superior, no sería un dato extraño, ni que como aseguró, citando al Instituto Nacional Electoral, tanto como 30% del tráfico se origine en el exterior. Pero según Weiss, 88% de esa cifra se origina a su vez en Rusia.
Al margen de que sea cierto o no, lo real es que el actual ambiente en México, que el propio Weiss definió como "tenso" y "dinámico", favorece una acción de ese tipo. En términos reales no se trataría sino de aprovechar el encono ya presente.
"Hay un ambiente político muy tenso en México, tanto como resultado de todos los fracasos en la lucha contra la corrupción, lidiando con la guerra contra las drogas, y toda la ira que se está gestando hacia Estados Unidos en la era de (Donald) Trump", comentó Weiss.
Comprensiblemente los rusos niegan haber hecho o hacer campañas de ese tipo y su rechazo es comprensible y podrían tener razón: con la ponzoñosa combinación del estilo mexicano de política y la presencia de Trump en Estados Unidos ¿para qué?