El fin de semana pasado la frontera tamaulipeca vivió otra vez horas violentas. En Reynosa, una joven madre murió cuando, al quedar en medio de un enfrentamiento a balazos entre policías y presuntos delincuentes, chocó el auto en el que viajaba con sus dos pequeños hijos. La fotografía de los uniformados tirados en el pavimento para proteger a los niños se vio en todo el mundo.
No lejos de ahí, la mitad de una familia falleció al quedar en el fuego cruzado entre maleantes y la Marina, la cual desde un helicóptero respondía otra agresión a balazos. Fue en Nuevo Laredo, donde Leslie Ruiz Martínez, de 28 años, y sus hijas Chelsea Abril de 6 años y Kenia Azul de 4, quedaron sin vida dentro de un auto. El padre de familia y otros dos menores resultaron heridos. Organizaciones de derechos humanos y familiares aseguran que las balas vinieron de los marinos.
También el fin de semana en la Tierra Caliente de Michoacán volvieron a aparecer camionetas abandonadas con cuerpos apilados. En Monterrey, hubo una balacera en un exclusivo centro comercial. Jalisco está bajo los reflectores por la desaparición de jóvenes estudiantes universitarios. Ayer, dos viacrucis tuvieron que suspenderse en Reynosa y Acapulco porque las balas no los dejaron continuar. Ya ni eso respetan.
Los diarios y noticieros vuelven a reportar situaciones similares a las de hace 6, 8, 10 años. Según las últimas estadísticas reportadas por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, a 8 meses de concluir la administración del presidente Peña Nieto, ya se igualó la cantidad de homicidios dolosos de la gestión de Felipe Calderón. Suman más de 205 mil muertos en 12 años de guerra. En promedio, 17 mil por año.
Es una desgracia, pero al igual que su antecesor, Enrique Peña Nieto se irá en diciembre con muchas muertes a cuestas.
Oficialmente, ayer iniciaron las campañas presidenciales. 3 hombres y una mujer buscarán en 90 días convencer al electorado que ellos son la mejor opción para resolver los problemas del país. Qué mejor entorno para preguntarle a Ricardo Anaya, Andrés Manuel Lopez Obrador, José Antonio Meade y Margarita Zavala ¿qué diablos piensan hacer para detener la espiral violenta? ¿cuál es la estrategia para evitar que más inocentes mueran? ¿cómo piensan garantizar a los millones de mexicanos que viven en zonas violentas el futuro que ni Leslie, Chelsea o Kenia pudieron tener?
Pienso en los habitantes de esos lugares que hace 6 años votaron por uno de los candidatos que les prometió devolverles la tranquilidad. Pienso en su encrucijada ahora. Ojalá y en esta ocasión no les fallen. Registrar dentro de 6 años que fallaron al igual que Calderón y Peña, sería una tragedia.
CONTRASEÑA: Las últimas horas de su gestión al frente de la Ciudad de México, fueron utilizadas por Miguel Angel Mancera para fortalecer la posición de José Ramón Amieva. Muchos en el gabinete jalonearon para evitar que quedara como interino.