Estimado fan, seguramente atesoras lo que te apasiona o encanta, incluido lo intangible, que no se puede tocar pero ¡vaya que se siente! y va directo al apartado más selecto del recuerdo.
A diario completas tu álbum de memorabilia personal para revisar y disponer de alguna estampita que desplace el cuadro vacío de algún sentimiento incómodo.
Aunque en el intento de llenarlo pueden surgir complicaciones, como la obsesiva ambición de poseer la imagen dorada, la que más se cotiza en el mercado.
En el deporte, los héroes del terreno de juego trazan con sus habilidades, ejercicio y conducta, narraciones tan épicas como irrepetibles, dignas de contarse una y otra vez para inmortalizar, con su repaso, cada momento.
Es por ello que el deporte es el mejor escenario para coleccionar.
El deporte es aspiracional, porque posee valores ejemplares que los fans desean emular.
Es inspiracional, al tener atributos estéticos que motivan a los seguidores a mejorar en mente y cuerpo, según la máxima griega que promueve la cultura deportiva desde la salud.
Y es energético, es decir, que genera energía en sus espectadores y practicantes.
Estas cualidades son como las estampas que coleccionas desde la víspera de un magno evento. La industria deportiva es una enorme maquinaria productora de felicidad.
Este columnista acudió a la presentación del álbum Panini del Mundial de Rusia 2018, en una ceremonia breve pero sustanciosa, con la presencia de ex jugadores de la Selección Mexicana, que actuó en algunas ediciones de la máxima justa.
Fue interesante ver cómo Jorge Campos y Luis Roberto Alves Zaguinho, mundialistas con el Tri en Estados Unidos 94 y Francia 98, lucían igual o incluso mejor que en sus años como futbolistas profesionales.
El tiempo resultó benévolo con dos de los más seguidos por los fans mexicanos.
A dos décadas de su gran momento, la memoria colectiva conservó el carisma del guardameta-delantero acapulqueño y la velocidad endemoniada del extremo con ascendencia brasileña, fenómeno que hizo su carrera como hombre de una sola pierna, la zurda.
Claudio Suárez conserva su caballerosidad pero ya no se ve tan joven, mientras que Ramoncito Morales también cuida su imagen, ahora de un hombre ya maduro, pero sigue delgado.
Panini les rindió homenaje con sus simbólicas estampas hechas con avatares, es decir, creadas por dibujantes, con la intención de atrapar en el tiempo aquella efigie combativa de todos.
Luis García, el Niño Artillero, se mantiene en peso óptimo, pero la calvicie cumplió su parte.
Gracias a Brenda Cortés Reyes y Óscar Galiano por las facilidades en la cobertura de El Heraldo de México.
En cada Mundial se abre un nuevo álbum listo para llenarse con ilusiones y una buena oportunidad para mejorar.
Que el Tri aporte momentos coleccionables en Rusia 2018 está en veremos. Pero ojalá lo haga. #AsíSea.
El deporte es una fuente de lovemarks, genera felicidad que cada fan colecciona, en un álbum muy personal