En esta semana la tradición religiosa y las fiestas movilizan a miles de personas en búsqueda de espacios para la convivencia. Se trata de un periodo en los que se facilita el descanso de la vida ordinaria con actividades comunitarias en un contexto multicultural e interreligioso que es considerado parte de la riqueza regional centroamericana.
Son reconocidas las actividades de Antigua en Guatemala; Tegucigalpa y Comayagua en Honduras; Chalchuapa, Sonsonate e Izalco en El Salvador; San José, Cartago y San Joaquín de las Flores en Costa Rica. Mientras, en Nicaragua destaca el viacrucis acuático que se celebra con embarcaciones en el lago del mismo nombre, mientras en Panamá destaca la tradición de Jesús Nazareno de Atalaya.
Entre las más bellas tradiciones se encuentra la participación en las procesiones, la vista de la exposición de tapices elaborados con arena, minerales flores o frutas que destacan en las calles de las diferentes poblaciones de la región centroamericana o las visitas a las playas o lugares de descanso. Se combinan los olores y los colores del incienso, el aserrín y el nopal con las comidas tradicionales.
La protección de la cultura es una causa compartida a nivel global. En la era del Internet coincide con la construcción de un desarrollo sustentable. Se puede aprender y gozar de las prácticas culturales y seguirlas en tiempo real a través de las plataformas digitales, o se puede ir a lugares de descanso reconocidos por su cuidado en el medio ambiente.
Las autoridades locales se encuentran preocupadas por cuidado al patrimonio cultural, el medio ambiente y la seguridad de los visitantes, en lo que coinciden los diferentes actores sociales, con la idea de que en un futuro se fortalezca el crecimiento con el aumento de la industria cultural en los diferentes países.
En este marco, las libertades sociales, culturales y políticas representan un bien a proteger en los esfuerzos por la consolidación de la paz, después de décadas de conflictos políticos, electorales y sociales en América Central. La relación entre cultura y libertades cruza también con otros ámbitos de la vida pública como lo es de la política.
Un ejemplo de ese vínculo es la orden dada el 26 de marzo por el Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica (TSE) al candidato presidencial del Partido Restauración Nacional para que se abstenga de realizar actividades tendientes a incidir en la decisión de los votantes a partir de creencias religiosas o invocando motivos de religión, ante la segunda vuelta de las elecciones costarricenses que tendrán lugar este próximo domingo 1 de abril de este año.
Otra, el espíritu conciliador del gobierno de El Salvador ante la aprobación del decreto del Vaticano por la que será posible la canonización del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, asesinado por su compromiso y labor social, prevista para el año 2019, año de la próxima elección presidencial salvadoreña. El pleno respeto de la diversidad cultural, política o religiosa en estas épocas, representa un desafío estratégico digno de atención prioritaria en estos tiempos.
*Catedrática universitaria