Ni el Papa Francisco ni el Vaticano tienen candidato para las elecciones del próximo 1 de julio en México. Por lo tanto, la Iglesia católica sólo se dedica a predicar la palabra de Dios y promover la sana convivencia entre los mexicanos.
De cara a la presidencial, ése es el principio que tomó como bandera el nuevo arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes. Y va más allá al decir que el Papa Francisco y los católicos son hombres y mujeres de Dios que sabrán comunicarse con quien llegue a Los Pinos.
El sucesor de Norberto Rivera tiene muy claro el papel que jugarán en esta coyuntura política, pero no estamos seguros de que los candidatos tengan la misma claridad para abordar los temas de su doctrina y los valores de la familia.
En la mayoría de los casos, sus posturas sobre el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, por ejemplo, son ambiguas. Ninguno ha sido claro y eso podría convertirse en un problema para ellos. La experiencia más reciente la vivimos en el Estado de México en 2017.
Durante la campaña, tres de los cuatro candidatos a la gubernatura (Josefina Vázquez Mota, del PAN; Delfina Gómez, de Morena; y Alfredo Del Mazo, del PRI) suscribieron un compromiso con la Iglesia para defender los valores de la familia.
El único que no participó fue el perredista Juan Zepeda.Con todo y todo, Delfina y Josefina no supieron cómo abordar temas sensibles que atañen a la Iglesia y la familia. Terminaron enredándose, mientras que, para la grey católica, Del Mazo fue el único que logró tener una posición más clara y contundente.
Hay grupos defensores de la familia que hasta se atreven a decir que ése fue uno de los factores por los que el PRI ganó la elección mexiquense.
Católicos laicos se inclinaron por él.Para la elección de este 2018, tres de los presidenciales ya buscaron acercamientos con la Iglesia. José Antonio Meade lo hizo a través de su papá Dionisio Meade; Ricardo Anaya, de Santiago Creel, y Andrés Manuel mediante su esposa, Beatriz Gutiérrez.
En el caso de la CDMX, se cree que la postura que adoptó el priista Mikel Arriola, en contra de la legalización del consumo de mariguana, el aborto y la adopción entre personas del mismo sexo, no fueron producto de la casualidad.
Lo hizo para conseguir el respaldo de una comunidad que electoralmente tiene un peso muy importante: las organizaciones en pro de la familia que aglutinan a unos dos millones de votos en todo el país.
De hecho, Red por la Familia y otras asociaciones de católicos laicos pedirán a los candidatos locales y presidenciables suscriban un acuerdo por la familia.
Ahí se verá qué partidos están verdaderamente comprometidos con sus causas o quiénes son pura demagogia. Y eso, dicen, se verá reflejado en las urnas. ••• Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La política es el arte de aplicar en cada época aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible”.