Informó el INE que sólo Margarita Zavala cuenta con los apoyos válidos necesarios para aparecer en la boleta presidencial. Que Jaime Rodríguez, El Bronco, y Armando Ríos Piter presentaron cientos de miles de registros que implicaban una “simulación” (158 mil, el primero, 811 mil el segundo). Y que todos los aspirantes presentaron miles y miles de apoyos en
fotocopia, que tanto el INE como el Tribunal Electoral ya invalidaron.
Más tardó en revelarse esta información que en desatarse la furia en contra de los falsos independientes y sus terribles prácticas. Se dijo, en distintos tonos, que todos son unos tramposos, que ninguno de los tres merece estar en la boleta, y que las irregularidades mostradas deben de ser investigadas y sancionadas. Es decir, no solamente no merecen competir, sino que la audacia y suciedad mostrada por los aspirantes les ameritaría, de entrada, un proceso penal.
Tranquilo. Desde luego, si El Bronco financió y operó la recolección de firmas con cargo al erario público, esto debe castigarse.
Pero la reacción pública contra los independientes fue referida a todos los aspirantes sin distingo, simplemente basada en el alto porcentaje de apoyos no válidos, y convenientemente ignoraba que en agosto del año pasado, cuando los propios partidos presentaron sus padrones actualizados ante la autoridad, se les identificó, en promedio, 33% de registros inválidos. Tampoco repararon las críticas en que los apoyos requeridos para ser candidato presidencial independiente, logrado solamente por Zavala con aportaciones voluntarias, son mayores al padrón actual de todos los partidos políticos con la excepción del PRI y el PRD.
Leyó usted bien: las 870 mil firmas válidas que acumuló Margarita en los meses recientes son superiores al padrón de Morena y Encuentro Social juntos, más del doble de los integrantes actuales del PAN, y más que los de Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano, el Partido Verde y el PT.
Ahora repare usted en que todos los anteriores tienen enormes montos de financiamiento y prerrogativas que les permiten mantener dicha militancia. (Fuente: INE, agosto 2017).
Además, en el caso de Zavala, su campaña, en voz de Fernanda Caso, atajó las críticas que se hicieron con puntualidad. Detalló las dificultades del registro de apoyos y las estrategias que utilizaron para mitigarlas. Y se distinguió de los otros contendientes, ya que su registro solamente presentó 432 registros con problemas de “simulación”.
Aclarando que mi firma no está en los registros de respaldo a ninguna de las candidaturas independientes, me parece indispensable tener claro que si lo que queremos es una política más limpia, con menos trampas, y más transparente, el peor de los caminos es el que sugieren las angustias antiindependientes, que es hacer más y más difícil el acceso a la boleta, de suponer ineludiblemente mala fe de quienes quieren llegar a ella, y de criticar por impuro hasta el menor antecedente partidista de cualquiera de los aspirantes. Una democracia más profunda y abierta, donde triunfen los honestos, competentes y responsables, nunca será el resultado de tratar de purificar a los políticos a punta de regulaciones, sino de abrir más las puertas y hacer más luminosa la entrada, para que la casa se haga atractiva a más perfiles con dignidad, integridad y compromiso. Se puede.
@ALEJANDROPOIRE /@ CSOCIALESTEC