La Universidad Nacional Autónoma de México es sacudida por la problemática que hay en el país, no puede abstraerse y debe tomar medidas para enfrentar los escandalosos de casos de violencia contra las mujeres y narcomenudeo que hay al interior de sus campus. Durante décadas las autoridades universitarias han usado la autonomía como pretexto para dejar las cosas como están, pero ya no puede ser ese su escudo.
Se mal entiende el concepto de autonomía y por el contrario, se debería de exigir más a las autoridades, empezando por el rector Enrique Graue y a toda la comunidad universitaria, los que siguen ahí y los que ya salimos.
En la Revista Universitaria hay un ensayo del historiador Miguel León-Portilla titulado “Humanidades, ciencias sociales y autonomía universitaria”, hace un breve recorrido sobre la Ley Orgánica de 1929, para entender la autonomía como la potestad para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios.
Se refiere a la autonomía que garantizó la libertad docente y permitió abrir nuevas perspectivas de comprensión, pero hace una reflexión muy interesante, sobre todo por el momento crítico que se vive en estos momentos en la UNAM. “La Universidad es semillero que hace posible la transformación del país”.
Porque precisamente la UNAM puede ser detonadora de una forma distinta e integral para enfrentar este tipo de problemas, o simplemente el rector puede seguir mirando para otro lado, como lo hicieron sus antecesores.
Hay todo un debate sobre el acoso y la agresión a nivel internacional, es momento de tener un punto de quiebre real para enfrentar la violencia a las mujeres, el campus universitario debe ser un espacio de libertad, no una zona de peligro para estudiantes, trabajadoras, académicas.
Esta indignación por el acoso y la violencia a las mujeres en la UNAM sigue creciendo, una diputada panista Kathia María Bolio tiene un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para exhortar al rector Enrique Graue y el procurador capitalino Edmundo Garrido investiguen las denuncias. Y de verdad, es lo mínimo que deberían de hacer.
Porque aún están pendientes las medidas para enfrentar la crisis de seguridad por el narcomenudeo que hay en los diferentes planteles, luego del enfrentamiento a balazos entre narcomenudistas en el fronton.
Se han hecho unas campañas en las que extrañamente mantienen el arquetipo de delincuente. En la Gaceta Universitaria sobre un fondo negro se colocó en blanco y amarillo la silueta del rostro de un hombre sin cabello con el mensaje “No es tu amigo es un narco”. Y después con ese concepto hicieron mantas que distribuyeron en diferentes Facultades.
Luego sacaron otras mantas negras con los mensajes “¿Meterías un narco a tu casa?”, “No es lo que compras, es lo que fomentas”; es importante que el consumidor asuma la parte de su responsabilidad en la cadena de delitos que hay en torno al narcotráfico, pero no suficiente.