El tricolor se rezaga en la preferencia del voto en los nueve estados que renuevan gubernaturas este año
Aunque públicamente no lo aceptan, el PRI está en un estado de emergencia. Las encuestas internas no le favorecen en ninguna de las nueve gubernaturas que estarán en juego el próximo 1 de julio.
En prácticamente todos los ejercicios demoscópicos aparece en tercer lugar en Veracruz, Puebla, Tabasco, Guanajuato, Chiapas, Yucatán y la CDMX, mientras que en Morelos apenas logra arañar el segundo lugar y en Jalisco se va hasta el cuarto sitio.
Entre Morena y la coalición Por México al Frente se disputan el primer sitio en la mayoría de las plazas, en tanto que MC lleva la delantera, y por mucho, en la perla de occidente.
El partido que comanda Enrique Ochoa hace cuentas alegres en conferencias y pláticas de café. Se resiste a aceptar que la fotografía del momento en los estados no les favorece y que, de seguir la tendencia, esto tendrá un efecto negativo para José Antonio Meade.
Dirigentes y mandatarios estatales ya expresaron esta preocupación a la cúpula del PRI, pero es momento en que no conocen la estrategia que llevarán en “provincia”.
No sólo están en juego los votos en las entidades que renuevan gobernador, también hay focos rojos en otros, como el Edomex, donde en la elección pasada ganaron apenas de panzazo.
En conjunto, las nueve entidades con elecciones representan 42% del Padrón Electoral del país y, si el PRI pierde en esos lugares, no hay mucho qué hacer en la presidencial.
De ese tamaño es la realidad que tarde o temprano deben enfrentar en Insurgentes Norte y en el cuarto de guerra de Meade.
Pero lo que más llama la atención es que a una semana del arranquen las campañas, no se ve ni se siente la presencia de los coordinadores que designó el PRI en las diferentes circunscripciones y estados.
No es por falta de capacidad, porque en esta guerra de operadores del PRI y Morena, todos están en igualdad de condiciones: Manlio Fabio contra Marcelo Ebrard; Beatriz Paredes contra Julio Scherer; Carolina Viggiano contra Ricardo Monreal; René Juárez contra Rabindranath Salazar; y Mariano González Zarur contra Bertha Luján.
Lo malo es que los morenistas trabajan ya desde hace varias semanas y los del tricolor ni en la línea de salida se han colocado. La burocracia del partido y de la campaña no les ha permitido moverse.
Tan mal anda la cosa que a más de un priista y funcionarios del partido se les ha escuchado hablar de los planes que tienen para después de la elección. Unos hasta las maletas tienen listas para irse a trabajar o estudiar en el extranjero.
Pero con todo y que algunas encuestas, como la de El Heraldo-Suasor, colocan a Meade en segundo lugar, sólo un milagro podría frenar la debacle electoral del PRI en los estados y, en una de esas, en la elección presidencial.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “El peligro llega más pronto mientras más se le desprecia”.