Cynthia López Castro: Arriola y las encuestas: crónica de un repunte

En un estudio reciente, Parametría reveló que la intención del voto por Mikel Arriola creció de 14% a 22% entre el 7 y el 22 de febrero. Parte de la información de la misma encuesta indica un retroceso en las preferencias por Claudia Sheinbaum, de cerca de 6%, misma que es correlativa a la diminución de indecisos en la Ciudad de México (variable que pasó del 14 al 8% en el mismo plazo). ¿Qué nos dicen estos datos demoscópicos en términos diagnósticos y de estrategia? Primero, que después del discurso de cierre de pre campaña, los candidatos se enfilan a una contienda mucho más cerrada de lo que se presuponía o preveía en diciembre. En el estudio de aquel mes, Parametría otorgaba a Arriola una preferencia de únicamente 15%; 27% correspondía a Barrales y 42% a Sheinbaum. La diferencia inicial de 27 puntos entre el candidato priista y la de Morena se ha reducido 13 puntos en menos de un par de meses. Esto nos habla de la volatilidad de las preferencias y exige a los analistas ir más allá de los “factores fijos” que, en el corto plazo, suelen explicar las intenciones electorales (adscripción social o identidad partidista, por ejemplo). Los datos de Parametría apuntan, en consecuencia, a un esfuerzo importante realizado por la campaña de Arriola, y a una imagen ascendente que lo conduce a un posicionamiento en la encuesta que supera en 4 puntos la preferencia que correspondería a su partido político (el PRI que, sin considerar alianzas, se encuentra en empate técnico con el PRD con 18%). Antes de que arranquen las campañas, Arriola se alista para obtener mejores números que los que consiguió el PRI-DF en 2002. En aquel año, en coalición con el PVEM, obtuvo 19.73% de los votos para jefe de gobierno. La encuesta a que nos hemos referido estima ahora una preferencia efectiva de 22% para este 2018. Los datos ofrecidos por Parametría vislumbran una contienda electoral ardua, acompañada por una campaña en la que, quizá como en pocas ocasiones anteriores, el sentido de los votos resultará volátil hasta el último momento. En tales circunstancias queda mucho sobre la mesa del juego político, y ésta se convierte en un caldo rico para el cultivo de una campaña inteligente, en la que las personalidades y los proyectos de gobierno cuenten más que las retrospectivas del voto. El trabajo realizado por el candidato del PRI en el ámbito federal, su carácter ciudadano, su historial de profesionista competente y limpio, dan cuenta de capacidades y oportunidades para un repunte aún más firme en las tendencias electorales de Arriola. Son estas características las mejores cartas del candidato para movilizar no sólo a los cuadros priistas, sino para la formación de redes de discusión ciudadana; para diseñar su estrategia con miras a debates intensos, susceptibles de colocarlo en una mejor posición frente a la opinión pública para, en última instancia, diseñar la campaña de una elección que dista mucho de haberse definido. Mikel Arriola ha repuntado, pero esta crónica de su repunte no puede acabar aquí. ¿Seguirá subiendo por las continuas denuncias que nadie se ha atrevido a hacer y todos los ciudadanos demandamos que alguien tomara la batuta? Falta mucho por ver, hemos de esperar lo mejor del candidato para la campaña que comenzará el 30 de marzo. Cynthia López Castro - Diputada de la CDMX