A ocho días de iniciar las campañas presidenciales, el partido de Andrés Manuel López Obrador no ha nombrado aún a su candidata a la presidencia municipal de Naucalpan.
Y aunque todavía resta tiempo para registrar esa candidatura y para el inicio de las campañas locales, están desaprovechando la oportunidad de que la inercia del proceso nacional y el arrastre de la imagen de AMLO catapulten a quien resulte la abanderada de Morena en este municipio, donde gobierna el PAN.
En la recta final de esta decisión están Karina Labastida, una ex panista que ha sido diputada local y federal, y María Eugenia Patiño, a quien ubican aliada a las huestes priistas de David Parra, el líder sindical del Suteym y dos veces candidato perdedor a esta alcaldía. Aunque dicen que ése, incluso, no es su punto más vulnerable.
La historia reciente en Naucalpan susurra que Parra tenía un plan B en caso de no ser –como no lo fue– candidato de su partido, el PRI. Buscaría un movimiento transversal: convertirse en el abanderado de Morena. No obstante, Parra no había contemplado que, por cuota de género, la coalición que impulsa a AMLO definió que en Naucalpan postularían a una mujer.
Es así como, dicen los enterados en aquella comarca, María Eugenia contaría con el apoyo del líder priista.
Lo que algunos temen, en el equipo del PT y Morena, es que, una vez en campaña, María Eugenia pudiera ser blanco de una guerra sucia por los antecedentes penales de un familiar directo: su hermano Eduardo Daniel Patiño se encuentra preso, en Apizaco, por la tentativa de homicidio de su propia madre, María Eugenia Sánchez Carmona.
Aunque está claro que no tiene nada que ver en el caso de su hermano, los asesores de la izquierda están calculando si este hecho, ocurrido en 2012, le pesaría en una campaña, por la posibilidad de que se postule, que padece de una presunta inestabilidad emocional por el tema de violencia intrafamiliar.
Asimismo, hay quien señala que la comprobación del domicilio de Patiño será un tema que deberán resolver, pues al parecer tiene su residencia en Tlalnepantla.
Por el otro lado, está la postulación de Karina Labastida, una ex panista vecina de este municipio que ya se ha desempeñado como congresista en el Estado de México y como diputada federal entre 2012 y 2015. Su pasado azul es el único punto desfavorable en su currículo.
Así, los dos perfiles fueron medidos en una encuesta, levantada el 17 y 18 de marzo, por Marketing Media. En ella, la diferencia entre ambos es clara: con María Eugenia Patiño, la coalición Morena-PT-PES alcanza 40 por ciento de la votación efectiva, y su más cercano competidor queda en 37.7 por ciento. Una diferencia de 2.3 puntos.
Con Karina Labastida, la encuesta marca una votación efectiva de 43.2 por ciento; y su más cercano contendiente está en 34.4 por ciento: una diferencia de 8.8 puntos.
La matemática es clara, aunque no siempre funciona así la disertación. El balón está en la cancha de Yeidckol Polevnsky, Mauricio Hernández y Gabriel García, quienes integran la comisión de elecciones de Morena.
La moneda, a ocho días de iniciar las campañas presidenciales que traerían arrastre al proceso local, está en el aire.