Peniley Ramírez: Los tramposos voluntarios

- No podemos controlar si uno de nuestros voluntarios encuentra un listado con fotocopias de credenciales de elector, se encierra en el sótano de su casa y las toma con la aplicación. No podemos saberlo.   La declaración que acaba de leer es de una persona encargada en la campaña de Margarita Zavala como aspirante independiente a la presidencia de la República. No le cito con su nombre, porque no fue una cita grabada.   En la revisión de firmas de  Zavala, el Instituto Nacional Electoral (INE) encontró que estos “tramposos voluntarios” habían ingresado 212 mil fotocopias a los registros de la aplicación móvil para captar firmas en favor de Zavala, la única de los tres aspirantes punteros que estará en la boleta electoral.   El INE halló que más de 200 mil personas muy probablemente no estaban allí y no se enteraron de que su registro había sido ingresado en la aplicación.   ¿Por qué digo que muy probablemente no estaban allí y no lo sabían? Porque no suena muy lógico que si voluntario y firmante están en el mismo sitio, con aplicación móvil y credencial de elector en mano, se irían hasta un cibercafé o una oficina, sacarían una fotocopia de la credencial y entonces la ingresarían en la aplicación. Simplemente no tiene mucho sentido.   - En realidad yo te he dicho que son voluntarios muchos de ellos, la gran mayoría esta gente no la conozco.   Esta declaración formó parte de una entrevista que Armando Ríos Piter nos concedió a Univisión a mediados de febrero. Ahí dijo que él no había hecho trampa, que nadie le había ofrecido comprar datos electorales y que aunque confiaba en su equipo, no sabía quiénes le estaban recolectando las firmas. En su revisión, el INE encontró que 9 de cada 10 firmas recolectadas por Ríos Piter eran inválidas.   Jaime Rodríguez, alias El Bronco, era el candidato que había ingresado más firmas en la aplicación móvil. Pero tampoco alcanzará la boleta presidencial debido al alto número de apoyos inválidos. Sus “tramposos voluntarios” ingresaron 205 mil fotocopias y 158 mil firmas simuladas en formatos falsos, con datos reales y vigentes de votantes quienes tampoco sabían que fueron registrados.   En algún punto de su campaña, los tres aspirantes dijeron que algunas cuentas eran usadas por varios voluntarios, que no los conocían a todos y no tenían control sobre las firmas que estaban registrando. También dijeron que podrían sufrir algún ataque, si un enemigo suyo deliberadamente ingresaba firmas falsas.   En público y en privado, el INE ha dicho que ese discurso de que “no sabían” no exime de responsabilidad al aspirante sobre el actuar del voluntario.   La revisión del INE encontró un millón 514 mil firmas falsas, simuladas o fotocopias entre los tres que buscaban con mayor cantidad de apoyos la presidencia. Había más 30 mil voluntarios activos para estas campañas.   ¿La Fiscalía electoral los meterá a la cárcel a todos, hará una selección de los más tramposos? ¿Quedará la responsabilidad de una trampa de 1.5 millones de firmas en un puñado de voluntarios, en lugar de los jefes de cada campaña?