Después de tres meses de intenso cabildeo, acuerdos y desacuerdos entre los partidos políticos, incluso entre compañeros de una misma bancada, como el PAN, el nuevo auditor superior de la Federación, David Colmenares, se instaló ayer en las oficinas que ocupará durante los próximos ocho años.
Llega con una maleta cargada de pendientes, con la misión de recuperar la credibilidad y la efectividad de una instancia que fue creada para vigilar el gasto público, pero que ha quedado mucho a deber, porque sus observaciones no han pasado de ser puros llamados a misa.
Hay señalamientos sobre desvíos y malos manejos, lo mismo en dependencias del gobierno federal que en gobiernos estatales. En el mejor de los casos, no gastan con claridad el Presupuesto. Pero en otros se han llevado el dinero y nadie ha sido castigado por eso.
Cada año, la ASF entrega reportes sobre las revisiones a la Cuenta Pública. Ríos de tinta corren para hablar de malos manejos, dispendios y desvíos, pero de ahí no pasamos.
Estamos en un círculo vicioso que nadie ha sido capaz de romper.
Ése es el principal reto que tiene en sus manos el nuevo auditor. Su obligación es recuperar la credibilidad y efectividad de una institución que en el pasado reciente brilló
más por sus anuncios que por sus acciones. Ayer, unas horas antes de sentarse por primera vez en su oficina, platiqué con
David Colmenares y me compartió
las líneas de acción para el arranque de su gestión:
1.- Hará ajustes en la estructura de la ASF, sin que esto
implique pasar la barredora.
2.- Mejorará las condiciones laborales y contractuales de los 400 auditores que trabajan por honorarios y promoverá el servicio profesional de carrera.
3.- Creará un área especializada en el seguimiento de las auditorías, para que no queden en “simples” observaciones.
4.- Firmará acuerdos de colaboración con centros de estudios de Finanzas Públicas, para aprovechar todo lo que se hace fuera de la ASF.
5.- Realizará una reunión con auditores y contralores de todos los estados para transmitirles la mística, visión y objetivos de esta nueva gestión.
6.- Organizará encuentros con organismos que promueven la transparencia y la lucha contra la corrupción.
En pocas palabras, buscará darle un giro al trabajo de la ASF.
Quiere modernizar la estructura y quitar el enfoque primitivo a las auditorías para castigar a los infractores, sin importar jerarquía u origen político, porque para eso es.
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