El aparato oficial de Estados Unidos cree que la importancia de la relación bilateral será un condicionante para el próximo presidente de México, sea quien sea.
La certidumbre quedó de manifiesto en recientes declaraciones del senador republicano Marco Rubio, que preside el Subcomité de Relaciones Exteriores para el Hemisferio Occidental y es miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara alta del Congreso estadounidense.
Rubio consideró que desde el punto de vista estadounidense no habría problema con la elección de Andrés Manuel López Obrador, siempre y cuando ocurra de manera “libre y justa”.“El interés mutuo de E U y México es tan fuerte, tan significativo, que es difícil imaginar que incluso alguien de izquierda lo ignore, si realmente quieren tener éxito. No puede tener éxito como presidente de México si no reconoce esa realidad”, dijo Rubio durante una charla en la Fundación Heritage (conservadora).
La noción de que la abrumadora relación económica y social entre los dos países condiciona las acciones de los dos países no es nueva, aunque hay también la convicción de que es un factor mayor para el gobierno mexicano por la disparidad de tamaños.
Pero al mismo tiempo es un argumento usado con relativo éxito por México y Canadá en la renegociación del Tratado Norteamericano de Libre Comercio con el gobierno de Trump.
Hace 12 años el entonces presidente George W. Bush se expresó de forma similar, justamente cuando igual que ahora, López Obrador disfrutaba de una enorme ventaja electoral. Rubio apuntó que si bien no hay garantías, “no creo que veamos a alguien en México que se convierta en un autócrata, que tratará de cancelar la democracia o alguien que intentará de alguna manera convertirse en el próximo Hugo Chávez. No creo que veas eso”.
Si eso llegara a ocurrir, anotó, “sería el peor de los casos”pero subrayó que no hay evidencias para creer que ese pudiera ser el rumbo en que una presidencia de López Obrador vaya a llevar a México.
“Habrán elegido a alguien cuyas opiniones sobre algunos asuntos sean muy diferentes a las nuestras y potencialmente a alguien cuyas opiniones con respecto a Venezuela, Cuba o algunos de los otros desafíos regionales no sean tan fuertes como lo que desearíamos que fueran”.
Pero igualmente recordó que su país ha tenido buenas relaciones con naciones cuyos gobiernos han tenido puntos de vista divergentes, como Brasil, Chile y Perú.“Estoy seguro de esperar que incluso dentro de las construcciones y el marco de sus puntos de vista sobre el papel del gobierno y las políticas socialistas, si gana, habrán electo a alguien con un lado pragmático y el deseo de ser exitoso, llevaría a entender que la asociación entre los EU y México es crítica para nosotros, pero también es crítico para el futuro de México”, apuntó. Lo que sí, puntualizó, “lo mas importante no es quién gana, sino el hecho para empezar de que hubo una elección libre y justa”.