La alfombra roja de los Premios de la Academia es quizá una de las más importantes de la temporada para cualquier periodista que se dedique al espectáculo, y más específicamente al mundo del cine. Estar aquí se asemeja a un examen anual de sabiduría. Es como esa graduación en la que pones a prueba todos tus conocimientos, entereza y capacidad de improvisación, debido a lo que aquí se vive. Y si digo "aquí", es porque en este momento estoy escribiendo esta columna sentada en la red carpet más famosa del mundo.
Para que la entrega del Oscar salga a la perfección como se ve en televisión, hay todo un equipo de producción, logística, marketing, seguridad y más detrás de ello. Algunos datos duros incluyen las 341 cintas que compiten para ser elegibles para la categoría de Mejor Película. Son alrededor de 7 mil 250 miembros votantes de la Academia (entre los que destacan mexicanos como Demián Bichir, Adriana Barraza, Amat Escalante, Arturo Ripstein, Diego Luna, entre otros). Los medios acreditados son unos 300, de los cuales poco menos de la tercera parte tenemos acceso a la alfombra roja. Y por si andaban con el pendiente, al término de la ceremonia, los ganadores, presentadores e invitados especiales asisten al tradicional baile que organiza la junta directiva de la Academia en la que este año, como es costumbre, el prestigiado chef Wolfgang Puck se encargará de preparar los platillos más sofisticados, para dicha fiesta que albergrá a unos mil 500 invitados, se servirán 13 mil bebidas, 4 mil 800 entradas, y 7 mil chocolates pequeños en forma de Oscar.
Después de ofrecerles todos esos datos, que de pronto resultan increíbles y uno hasta se termina acostumbrando a escucharlos, lo que puedo decir sobre el Oscar es que sin duda es uno de los eventos más abrumadores en los que he estado. Demasiados estímulos, todos presentándose frente a ti al mismo tiempo. Existen personalidades como George Clooney, Nicole Kidman, Will Smith, Jackie Chan, entre otros pocos, que dedican gran parte de su paso por la alfombra para tomarse fotografías y firmar autógrafos de los fans, al mismo tiempo que atienden a casi toda la prensa y posan como los grandes para las cámaras. En cambio, existen otros cuántos que pocas veces verás que se paren a darte una entrevista, que nombrarlos implicaría hacer toda una columna de ello.
Para cerrar, hoy sólo puedo sentirme una periodista afortunada de haber atestiguado, hasta ahora, el camino que han emprendido hasta este lugar en el que estoy postrada, nuestros compatriotas mexicanos Demián Bichir, Emmanuel Lubezki, Martín Hernández, Rodrigo Prieto, Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu, y ahora será Guillermo del Toro quien completará esas memorias que serán dignas de contar un día a mis nietos.