Ningu?n tema es ma?s problema?tico para los periodistas y comunicado- res, preocupados por la libertad de los medios de comunicacio?n, que el tema del “discursos de odio”; el te?rmino es utilizado generalmente para referirse a la enemistad, por razones de nacionalidad, raza o religio?n. En esencia, el tema es que? tan apropia- do o aceptable es limitar el derecho de la libertad de expresio?n, cuando los puntos de vista vertidos apoyan la limitacio?n o la infraccio?n de los derechos de los dema?s.
Uno de los problemas radica en que e?sto puede ser simplemente un caso de punto de vista.
El “discurso de odio” de una persona puede ser la opinio?n legi?tima de otra. Por eso es que hay una renuencia generalizada de imponer restricciones sobre lo que puede o no decirse.
Durante un proceso electoral, es precisamente cuando se deben manifestar una amplia variedad de puntos de vista. Limitar la difusio?n de algunos de e?stos, restringe no so- lamente los derechos de libertad de expresio?n, sino tambie?n el tener una participacio?n democra?tica. Por otra parte, la altamente cargada atmo?sfera de una campan?a electoral, puede ser el momento preciso para que las declaraciones exaltadas inciten a la poblacio?n a la violencia - infringiendo, de este modo, el derecho democra?tico y de libre discurso de otros.
Estos problemas son ma?s difi?ciles de tratar en un pai?s con anteceden- tes histo?ricos de violencia comunal o e?tnica, donde los medios de comunicacio?n son reconocidos por haber jugado un importante papel en las hostilidades.
La pra?ctica ma?s comu?n en la mayori?a de las jurisdicciones donde este problema ha sido considerado, es la de prohibir los discursos de odio u?nicamente cuando constituyan una incitacio?n directa a la actividad violenta.
Durante los u?ltimos meses y como parte de las precampan?as que han llevado a cabo los distintos partidos poli?ticos, el discurso del odio ha quedado de manifiesto polarizan- do a nuestra sociedad; la agenda de los actores poli?ticos se ha centrado en sen?alar y acusar a sus opositores.
Lo que llevo? al candidato Jose? Antonio Meade a lanzar una campan?a de reconciliacio?n que deje de lado tanto el odio como la violencia, y que se aboque a conciliar ideas asi? como a fortalecer vi?as de solucio?n, a los graves problemas de inseguridad, violencia, corrupcio?n e impunidad, que aquejan a nuestro pai?s.
Sin duda el inicio de las campan?as, sera? el momento oportuno para que los partidos y los actores poli?ticos, valoren la conveniencia de hacer de lado el discurso del odio, y se centren en lanzar propuestas que permitan a la sociedad tener elementos necesarios, para decidir por la mejor plataforma poli?tica y superar la situacio?n adversa que hemos vivido; asi? como para consolidar la Libertad de Expresio?n y el ejercicio profesional del periodismo en nuestro México.
FERNANDO A. MORA GUILLE?N
PTE. DE LA FUNDACIO?N FERNANDO MORA GO?MEZ PARA LA LIBERTAD DE EXPRESIO?N Y EL EJERCICIO PERIODI?STICO