Trampa 'independiente”

¿Con qué cara te presentas para buscar la Presidencia cuando entregaste cientos de miles de firmas falsas? ¿Cuándo buscaste darle vuelta a la ley? ¿Cómo hablarás de honestidad cuando trampeaste las reglas que aceptaste respetar? ¿Cómo le pides al elector apoyarte cuando tu carta de presentación es el engaño?

 

Los aspirantes presidenciales independientes resultaron expertos en simulación. Ni son independientes, ni lo fueron nunca, en tanto se enredaron en la bandera por conveniencia, cuando les cerraron la puerta en el partido al que pertenecían; y no solo repitieron, sino que perfeccionaron las mañas que tanto criticaron de la clase política.

 

Documentar su camino a la boleta es actualizar el catálogo de vicios en un sistema que excluye al ciudadano, mina la participación, castiga al que es ajeno al juego político, premia la trampa y enaltece a quien mejor simula.

 

Por eso, a este paso, no llegarán por la vía independiente los mejores ni los más honestos. Aparecerá quien mejor haya escondido la suciedad.

 

Veamos. De las 866 mil 593 firmas necesarias para ser candidato, Jaime Rodríguez El Bronco presentó 2 millones 34 mil 403; Armando Ríos Piter un millón 765 mil 599 firmas; y Margarita Zavala un millón 578 mil 774 firmas.  

Hasta ahí, todo bien. El problema es que la tasa de procedencia, es decir, cuántas del total de firmas resultaron validadas, los exhibe turbios. El Bronco, 41% (835 mil 511); Ríos Piter 14% (solo 242 mil 646); y Zavala 55% (870 mil 168 firmas). O sea, El Bronco es 59% tramposo, Ríos Piter 86% y Zavala 45%.

 

¿45% de trampa es aceptable? ¿Se puede ser tramposo y resultar premiado? ¿Si haces la trampa correcta, en la proporción adecuada y los números te dan, tu fraude será validado?

 

Aunque hay quien ya se ve en la boleta el 1 de julio, en corto más de un consejero electoral cuenta que no avalarán tramposos. Si a un aspirante se le documentan miles de apoyos irregulares, aunque tenga un ‘colchón’ de miles más correctamente obtenidas, se le descalificará. No se es muy o poco tramposo. Se es o no se es. Impedir que quien haya trampeado aparezca sería una muestra de ética y una lección en un sistema que está acostumbrado a encumbrar la simulación.

 

Quienes hayan querido burlar las reglas, no merecen estar en la boleta. De otra forma, se validarán estafadores. Quedaría legitimado que las candidaturas están a merced del mejor postor. Se autorizaría que no sean las capacidades, sino las estructuras clientelares, las que compren lugares en las boletas. Que no sean los talentos sino las maquinarias que se aceitan con dudosos dineros, las que te hagan llegar. Las candidaturas, pues, tendrían precio. Sí, como en los partidos.

 

El INE tiene la palabra. Sí, los requisitos que los partidos pusieron para frenar independientes, son groseros. Reunir 866 mil 593 firmas (casi 4 veces lo que se pide para conformar un partido), era una hazaña. Pero los “independientes” sabían a lo que iban. No se pueden llamar a sorpresa.

 

Off the récord

Aparecía y lo bajaron. Como Rosario RoblesGerardo Ruiz Esparza tampoco resistió los embates para colarse a la lista plurinominal del PRI.  

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@mlopezsanmartin