Pase lo que pase con Ricardo Anaya después de julio, el candidato presidencial de la coalición Por México al Frente tiene planes de quedarse con el manejo de las comisiones de Hacienda y/o Presupuesto, que por ser segunda fuerza le han tocado al PAN las presidencias o secretarías, en anteriores legislaturas, para negociar todo el gasto federal de cada año.
No se puede seguir narrando lo de las nuevas pretensiones del control de dicho órgano legislativo sin recordar el siguiente antecedente. En la crisis legislativa de Luis Alberto Villareal, entonces coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, tras divulgarse un video nocturno con escorts, Anaya comenzó una operación táctica que le permitió quedarse con los hilos del grupo político al sugerirle a Gustavo Madero, presidente del partido, que nombrara jefe de la bancada al entonces presidente de la comisión de presupuesto, José Isabel Trejo.
Así, el Joven Maravilla terminó colocando a Damián Zepeda como relevo de Trejo. Ese fue el inicio de un periplo clave para terminar adueñándose del partido, porque además de deshacerse de Villareal, sacó del camino a Jorge Villalobos, otro joven cercano a Madero. Anaya ha dejado reservado el primer lugar de la lista plurinominal de diputados para José Isabel Trejo, en quien terminó confiando ciegamente en la legislatura LXII, y donde conoció a la mayoría de quienes hoy integran su círculo cercano, incluyendo a Fernando Rodríguez Doval y Juan Pablo Adame.
Ese lugar codiciado, para el hombre casi 20 años mayor que Anaya, en gran medida obedece también como pago a la lealtad de Trejo, quien siendo testigo de cada uno de los finos movimientos que sacaron del camino a Madero, siempre estuvo de su lado.
Los cálculos y ejecución política del Joven Maravilla consistieron en ganarse la confianza de Madero, pues éste le dio la presidencia de la mesa directiva de los diputados y luego llamó a Trejo a la secretaría general del partido e hizo coordinador a Anaya. Y terminó dejándolo al frente del PAN mientras estaba de licencia para cumplir los requisitos con fines de reelección.
Anaya dijo sí a todas las condiciones, pero en el fondo tenía en marcha su propio plan, que consistía en agandallarse el partido, traicionar a Madero y humillarlo al dejarlo fuera de todo proyecto. José Isabel Trejo, quien terminó arrastrando el lápiz para Anaya, se mantuvo fiel con él. Entonces vinieron las acusaciones de Javier Corral y de otros diputados.
En medio de la discusión del presupuesto de 2015, su compañera diputada Kathia Bolio Pinelo, de Yucatán, reveló que en una reunión interna se discutió seriamente sobre la queja de algunos alcaldes “han recibido propuestas del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) para gestionarles recursos, a cambio de una comisión de 17%”, los famosos moches, cuyas sospechas son el origen de su riqueza inexplicable que hoy lo tienen bajo investigación.
En esta historia que abrió la PGR, Trejo también tiene mucho que ver, aunque ahora como asesor de Marko Cortés, es quien mantiene el enlace con el gobierno de Peña Nieto.
@alexsanchezmx