Playball

Este jueves 22 de marzo se cantará la voz de playball en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) que arrancará una temporada con dos torneos y una lista de cambios importantes que le darán un nuevo rostro. Como aficionado al beisbol me entusiasma ver una Liga viva, que se mueve hacia la modernidad, que tiene la intención de mejorar sus procesos, dentro y fuera del terreno de juego, para que los amantes de este deporte disfrutemos una experiencia en todos los parques de pelota. Es curioso descubrir cómo uno cree que asiste a un partido de un deporte profesional como el beisbol y resulta que descubrimos que durante años su operación había sido en realidad muy amateur, no quiero decir improvisada, pero me ha sorprendido saber que los peloteros jamás han tenido un tipo de entrenamiento como al que se someten los atletas mexicanos que participan en el deporte olímpico y mire que este tiene aún grandes deficiencias. Me gustó enterarme de que los jugadores van a tener equipos multidisciplinarios atendiéndolos, que estarán en mejor forma física y que eso mejorará su rendimiento. Me imagino dos torneos con más home runs, con más bases robadas, con más atrapadas de ensueño que nos hagan entusiasmarnos; que, poco a poco, pensemos en nuestro beisbol como un espectáculo que vale la pena para no estar suspirando por que vengan a México equipos de Grandes Ligas para creer que sólo eso puede tener calidad. A la LMB llegarán jugadores importantes como el exbig leaguer Alexei Ramírez que firmó con los Diablos. También Luis “El Cochito” Cruz estará con los pingos. Ni qué decir del jardinero Delmon Young que tras 10 años en Grandes Ligas en 2018 jugará con Acereros de Monclova. Veremos el retiro de Francisco Campos, el famoso Pancho Ponches. Me emociona saber que el estadio de los Sultanes de Monterrey fue prácticamente renovado, que al de los Olmecas de Tabasco también le invirtieron, que en general en todos los estadios habrá más baños y que estarán en mejores condiciones, que habrá pantallas nuevas, animaciones para los aficionados, música, que en breve estará listo el nuevo estadio de los Diablos Rojos en la CDMX, que habrá un nuevo Salón de la Fama. Veremos cambios en el juego como que la base por bolas intencional será automática, que el número de lanzamientos de los pitchers relevistas se reducirá, que el tiempo entre una entrada y otra también será menor. Todo en función de que bajarle el tiempo a la duración de los partidos. Eso ayuda a los aficionados, a los propios peloteros y coaches, ayudará a que quienes dicen que el beisbol es largo o muy aburrido puedan cambiar su percepción; incluso a que las transmisiones de los juegos en televisión o en las plataformas de redes sociales funcionen mejor. Actualmente es todo un reto mantener toda la atención de las personas en lo que sea. Los teléfonos inteligentes nos han cambiado el mundo. El líder de este proyecto de renovación se llama Javier Salinas, un chavo de 43 años que viene del futbol con una idea muy clara de construir los cimientos de una estructura sólida y financieramente rentable. Salinas, de la mano con Decio de María, firmó un convenio de 10 millones de dólares para que Bancomer le diera su nombre a la Liga MX. Diacrítico. Si el beisbol mexicano va a crecer en esa dimensión, bravo. Bienvenida sea la nueva LMB.