El Consejo Mundial de Boxeo celebró ayer con júbilo su pelea 2000 en estos maravillosos 55 años de existencia. Es difícil creer en coincidencias, pero las condiciones que se dieron para que el combate entre José Carlos Ramírez y Amir Imam fuera el combate 2000, claramente es un ejemplo de cómo el destino tiene planes grandiosos.
Fuimos monitoreando cuál sería este emblemático combate desde el año pasado, y se hicieron diversas activaciones a nivel mundial. Finalmente, el venezolano Jorge Linares decidió abandonar al CMB y no defendió su título en enero; Hugo Zenteno se lastimó y se pospuso su pelea contra Jermall Charlo y Rey Vargas requirió tiempo de descanso, por sus cortes en la última pelea; fue entonces que se confirmó Ramírez vs. Imam como la 2000.
No pudo ser una mejor pelea, pues se realizó en quizá la plaza más importante de la historia del boxeo: Nueva York, en la icónica arena del Madison Square Garden, y los promotores fueron los dos más grandes e importantes de la historia del boxeo mundial: Don King y Bob Arum.
Yo nací en el boxeo, y he tenido la gran fortuna de estar en algunas de las mejores peleas. De niño soñaba con ser boxeador y llegar a ser campeón mundial. Cuando tenía cinco años, mi papá me llevo a ver la pelea de mi ídolo: Mantequilla Nápoles contra Mando Muñiz en Acapulco, en 1975. Fue una pelea muy sangrienta y al final mi papá me preguntó si quería ver a mi ídolo en el vestidor; al entrar, me encontré con él, quien estaba tendido en la cama, con los ojos cerrados por la hinchazón y las dos cejas al rojo vivo... saliendo le dije a papá que mejor quería ser bombero.
Un boxeador que me cautivó fue Sugar Ray Leonard. Al perder su título welter WBC ante Roberto Manos de Piedra Durán, se anunció la revancha y le supliqué a mi papá que me llevara. Fue un rotundo NO, pues un niño de 10 años no tenía nada que hacer en Nueva Orleans. Entonces llegó mi tío favorito, Antonio Esper, ¡y que me lleva a escondidas! Con ello pude estar en esa histórica pelea del “NO MÁS” y Sugar recuperó su campeonato.
Yo estudié la preparatoria en Massachusetts, en un internado winchendon school, y un amigo me había invitado a su casa durante las vacaciones de Thanksgiving, aunque un día antes me desinvitó; sin embargo, llamó a mi papá y me puso un vuelo a Las Vegas, y fue entonces que me tocó ver la coro- nación del peleador más joven en ganar el título mundial completo: Mike Tyson.
Tiempo después me fui de fin de semana a Nueva York, llegué al Hotel Penta y busqué al campeón superpluma del WBC, quien defendía esa noche su título. Entré a su cuartito, estaba solo, descansando para su pelea, y después entró su manager, el zurdo Ramón Félix; esa noche, Julio César Chávez derrotó por decisión a Juan Laporte; ese mismo Chávez que llegaría a ser el más grande de la historia del boxeo mexicano y mundial. Me considero verdaderamente afortunado por haber estado presente en muchísimas peleas de Julio. Lo vi en vivo contra Rosario, contra el Macho Camacho y muchas más, pero la que nunca olvidaré fue esa gran- diosa noche cuando llenó el Estadio Azteca con más de 136 mil personas.
Hay muchísimas peleas que han marcado mi vida con las hazañas de guerreros del ring de todo el mundo. Para terminar este capítulo, deseo compartir mis 10 combates favoritos en la historia del WBC:
- Muhammad Ali vs. Joe Frazier l Sugar Ray Leonard vs. Tommy Hearns Salvador Sánchez vs. Wilfredo Gómez
- Julio César Chávez vs. Meldrick Taylor José Luis Castillo vs. Diego Corrales
- Jeff Fenech vs. Azumah Nelson Joichiro Tatsuyoshi vs. Sirimongkol Singmanasuk Oscar de la Hoya vs. Ike Quartey Érik Morales vs. Marco Antonio Barrera Israel Vázquez vs. Rafael Márquez Más el pilón... Alacrán Torres vs. Chartchai Chionoi
ANÉCDOTA DE HOY
Don José Sulaimán, además de ser director general de nuestra fábrica y presidente del WBC, era manager de los cuatro Sulaimán que jugábamos beisbol en la liga Lindavista. Fue un gran entrenador, muy estricto y exigente con sus jugadores, gran motivador y le ponía mucha pasión.
En una final del distrital Linda- vista, contra la Liga Tolteca, era la última entrada y estábamos ganan- do por una carrera; se encontraba pichando El Bayito, y mi papá, para motivarlo, pidió tiempo al umpire y le gritó: “Bayito, fájese, vamos”... para sorpresa de todos, ¡El Bayito tiró el guante y se empezó a fajar la camisola dentro del pantalón!... Al final, Bayito ponchó al bateador y se ganó el campeonato. Por: Mauricio Sulaimán/Presidente del CMB