Dueños responsables para erradicar perros en las calles

Asociaciones dedicadas al cuidado de los animales en situación de calle estiman que el abandono de perros en México es un problema grave. La cifra de los que viven a la intemperie es de más de 10 millones y el 70 por ciento tuvieron un hogar o son crías de perros que fueron abandonados sin esterilizar.

 

Esto claramente habla de personas que eligen tener una mascota sin conocer realmente el compromiso que representa. La Organización Panamericana de la Salud sustituyó en 1994 la etiqueta de “perro callejero”, por la de “perro de dueño irresponsable”.

 

De Latinoamérica, nuestro país encabeza la penosa lista por tener la mayor cantidad de canes callejeros. El impacto de abandonar a un perro es muy amplia. Primero es maltrato animal, a la par, irresponsabilidad social porque al deshacerse de la mascota también se atenta contra la seguridad y la salud de la gente.

 

Los canes producen heces fecales que se pulverizan y quedan en el ambiente o en los alimentos. De esta manera se propagan múltiples enfermedades que afectan a la gente. Cuando están en situación de calle, los perros también pueden ser causa de accidentes de tránsito y ataques a otros animales o a las personas.

 

El trabajo que los gobiernos de cada entidad realizan para controlar la situación, en combinación con la labor que hoy hace la sociedad civil, alivia en gran medida la problemática. Existen muchos grupos y particulares que, sin fines de lucro, realizan rescates, esterilizaciones, campañas de concientización y adopción de los animales a través de las redes sociales.

 

Aunado a las experiencias de países como Holanda, que es ejemplo mundial por haber logrado que no haya ni un perro en situación de calle y algunas prácticas que ya se implementan en la Ciudad de México y en otros estados, me hace tener la esperanza de que se puede revertir la situación en todo el país.

 

La primera acción que el gobierno holandés realizó, fueron las jornadas masivas de esterilización y castración obligatoria, luego creó leyes contra el abandono animal que contemplan penas de cárcel y sanciones económicas. Implementó elevados impuestos por la compra de perros de raza y efectuó campañas de adopción de perros y logró que el 90 por ciento de la gente asumiera la responsabilidad de un animal.

 

A excepción de la pena que es privativa de la libertad de una persona, me parece que podríamos tomar el modelo holandés en todo el territorio mexicano.  

En nuestro país hace falta nutrir la educación pública de temas como éste; generar conciencia de las responsabilidades que implica tener bajo nuestro cuidado a una mascota: alimentación, vacunas, cariño, tiempo, esparcimiento. Si por alguna razón ya no es posible tener al perro en casa, existen alternativas como darlo en adopción pero el abandono es inadmisible.  

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Armando Ahued