Peatones indefensos

Autos, motocicletas y bicicletas se han apropiado de calles y banquetas de la ciudad, el único que parece quedar desamparado para transitar en la Ciudad de México es el peatón y la peor parte siempre se la llevan los discapacitados. En la ciudad prevalece la cultura del agandalle, mucho se ha escrito sobre la escasa tolerancia hacia los ciclistas, pero poco a poco se dan pasos para respetar a quienes van sobre dos ruedas, porque se trata de una opción de movilidad que no contamina y favorece la salud. Aunque casi nada se dice de los abusos contra el peatón de quien va abordo de una bicicleta. La Encuesta Origen-Destino del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que 15.6 millones de personas utilizan un medio de transporte en la zona metropolitana, el 50.9 por ciento lo hace en transporte público, sobre todo en peseros; el 22.3 por ciento se mueve en vehículos privados; el 2.2 por ciento lo hace en bicicleta, pero el 65.9 por ciento, es decir más de 10 millones de personas recorren importantes tramos caminando. Son 10 millones 300 mil peatones. Vale la pena pensar en reconciliar intereses e impulsar una cultura de civilidad entre los millones que no movemos en las calles de la ciudad, porque ahora los peatones no sólo están expuestos a que lo atropelle un vehículo motorizado, sino también los ciclistas. Porque el reglamento de tránsito establece con absoluta claridad en el artículo 2 que la prioridad en el uso del espacio vial la tienen los peatones en especial las personas con discapacidad y movilidad limitada; luego los ciclistas; le siguen los usuarios de transporte público, el resto viene después. Pero a diferencia de ciudades pequeñas donde los vehículos se paran para que la gente cruce las calles, en la Ciudad de México es al revés la población es la que espera y no sólo eso, además ya tiene que compartir las banquetas con los ciclistas y cuidar que las bicicletas no vengan en sentido contrario al flujo vehicular. El reglamento dice que todo vehículo motorizado o no, debe circular en el sentido que indique la vía, por ejemplo de cada lado de Paseo de la Reforma hay ciclovía que lleva un sentido, pero a los ciclistas les da flojera cruzarse y circulan de ida y vuelta en el mismo carril. Además tienen prohibido circular sobre aceras o cualquier otro tipo de vías peatonales, pero no lo respetan. No hay sanciones sólo llamados de atención por parte de la autoridad, pero sería bueno que respetaremos las normas para una mejor convivencia en esta gran ciudad, quizá se reducirían la intolerancia de unos y otros.

A LA VUELTA

Una vez más el combate a la violencia contra las mujeres es sólo un discurso, el juez del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México liberó al agresor Jesús Uziel Granados Castillo. Y se dice que es la ciudad donde se respetan los derechos de las mujeres.