Las cosas no pintan bien para el PRI. Si hoy fuera la elección, su candidato presidencial José Antonio Meade llegaría tercero, no ganarían una sola de las gubernaturas en disputa y tendrían los grupos parlamentarios, en el Senado y la cámara de diputados, más raquíticos de su historia.
El tricolor está contra las cuerdas. La encuesta de encuestas Oraculus, que concentra las mediciones publicadas, pone a AMLO en un intervalo de entre 36.4% y 42.2% de la intención de voto, en segundo lugar a Ricardo Anaya, con entre 26% y 31.3%, y muy atrás a Meade, con 19.9% - 24.5%.
Si ese solo número enciende las alarmas, la proyección elección por elección, es desastrosa.
De los casi 88 millones de ciudadanos que podrán votar, 41%, 36 millones, lo hará en estados donde hay elección de gobernador. El padrón electoral dos, tres, cuatro, cinco y seis en tamaño, CDMX, Jalisco, Veracruz, Guanajuato y Puebla, respectivamente, renovarán gubernatura. Además, lo hará Tabasco, Morelos, Chiapas y Yucatán.
De los nueve estados, el PAN tiene tres (Veracruz, Puebla y Guanajuato); el PRD otros tres (CDMX, Morelos y Tabasco); el PRI dos (Jalisco y Yucatán), y el Verde-PRI uno (Chiapas). Si hoy fueran los comicios, el PAN retendría los suyos, aunque Puebla se ha cerrado con Morena; el PRD entregaría los tres que encabeza a Morena y las entidades priistas se las repartirían, MC (Jalisco), PAN (Yucatán) y Morena (Chiapas).
Pero aún, salvo en Jalisco, Guanajuato y Yucatán, donde van segundos, en el resto el PRI está en tercer sitio, detrás de Morena-PT-PES y PAN-PRD-MC.
Si a la ecuación agregamos la proyección para las cámaras, el fracaso es mayor.
Para el Senado, la encuesta de Massive Caller, que utiliza llamadas 'robot' a líneas telefónicas, y que fue una de las más certeras el año pasado en el Edomex, arroja que, si hoy fuera la elección, no ganaría ninguna fórmula priista. De los 64 candidatos –dos por estado-, el tricolor solo metería 10 como primera minoría –mejor perdedor- (http://massivecaller.com). A esos escaños habría que sumar los de lista que, con ese nivel de votación, no superarían los siete u ocho. Pasarían, pues, de más de 50 senadores que hoy tienen, a menos de 20.
En el caso de las diputaciones la catástrofe sería similar. De las más de 200 curules que actualmente forman su grupo parlamentario, arañarían, con suerte, 90. Nunca como en 2018 el PRI estaría tan cerca de la extinción.
Falta la campaña, sí, y sin duda podremos ver mucho por delante, pero si la tendencia no cambia, el 1 de julio asistiremos al funeral del PRI.
Viernes 13 de Diciembre de 2024