Conmemoración y compromisos por las mujeres

  La realización de los días internacionales para impulsar una temática específica de los derechos promovida por la Organización de las Naciones Unidas, resulta especialmente importante para apuntalar acciones a favor de diversos sectores de las sociedades. Éste es el caso del Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo, que representó una valiosa ocasión para llamar a la comunidad internacional a seguir trabajando en forma permanente para consolidar condiciones donde las mujeres tengan un disfrute pleno e igualitario de sus derechos. En este tema es importante comprender que atacar las raíces de la desigualdad de género en el orbe, representa una de las bases más firmes para detonar el potencial y consolidar el bienestar en las sociedades democráticas. Estudios realizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señalan que la incorporación de las mujeres a la dinámica laboral hace que las economías crezcan más rápidamente, y que el aumento de escolaridad, particularmente el acceso de las mujeres a una educación superior, genera beneficios en esa misma dirección. Este aporte y potencial económico de las mujeres plantea también el reto de avanzar hacia una igualdad de género en relación con los beneficios del desarrollo, para situar el tema en un plano de igualdad social. La conmemoración mundial de este año focalizó la atención en el papel que cumplen las activistas rurales y urbanas como agentes fundamentales para la transformación social, la cual debe estar dirigida a erradicar la discriminación y la violencia hacia sectores femeninos. Las celebraciones del Día Internacional de la Mujer han sido catalizadores de la movilización mundial para impulsar la igualdad de género y llamar a acciones más eficaces en el combate a las transgresiones a los derechos humanos de la población femenina. En nuestra región existen importantes instrumentos normativos y organismos a favor de las mujeres. Una conmemoración debe ser un acto que refleje y proyecte una responsabilidad mundial permanente por hacer del ejercicio pleno de los derechos de las mujeres y de la consolidación de espacios colectivos y familiares igualitarios, nítidos distintivos de las sociedades democráticas. La estrategia invariablemente consiste en continuar superando ciertas prácticas discriminatorias y estereotipos, para que ello permita a las mujeres proseguir con un desarrollo humano integral y su plena participación en los diversos ámbitos de la vida colectiva. Tenemos un compromiso y una responsabilidad que asumir para trabajar día a día por y con las mujeres, hacia la consecución del ejercicio pleno de cada uno de sus derechos. Rodolfo Lara Ponte  Autor en temas de derechos humanos