En todas las encuestas que se realizan sobre problemáticas sociales, el tema de la seguridad pública encabeza la lista de los principales problemas a resolver en los últimos once años.
La posibilidad de que cualquier miembro de la familia, compañero de trabajo, amiga, vecino o uno mismo, pueda ser víctima de un delito, incluso de homicidio, es cada vez más probable.
Después de los trágicos acontecimientos en Iguala y Cocula, Guerrero, donde desaparecieron 43 normalistas y otros más fueron asesinados, se comprobó la participación de policías municipales en las desapariciones, lo que abrió al debate el estado de las fuerzas policiales municipales y estatales.
El Presidente Peña Nieto presentó un decálogo de medidas y propuestas dos meses después de las desapariciones. Ahí incluyó la iniciativa de mando único policial en los estados, que sustituyera a las policías municipales, también otra iniciativa para que las fuerzas federales asumieran el control de las policías municipales cuando éstas fueran evidentemente infiltradas por el crimen organizado. Era noviembre de 2014.
El Senado de la República fue la cámara de origen que analizó la iniciativa, y en junio de 2016, en un periodo extraordinario de sesiones, se presentó al pleno un dictamen en materia de seguridad pública y justicia, que sería conocido como “mando mixto”, en virtud de mantener las tareas de seguridad en los municipios, pero permitiendo que, en ciertos casos, los gobiernos estatales asuman esas tareas, sobre todo cuando hay evidencia de que han sido infiltrados por la delincuencia organizada. Las reformas fueron aprobadas por una mayoría de 102 senadores.
En diciembre pasado, los legisladores del PRI y PVEM en la Cámara de Diputados decidieron desechar todo este esfuerzo, votarlo en contra y devolverlo al Senado para ser guardado en un cajón.
En su lugar tuvieron la brillante idea de proponer y aprobar con su mayoría legislativa, una consulta que versa sobre el mando único y que dice así: “¿Estás de acuerdo en que nuestro país tenga 32 policías profesionales, una por cada estado, en lugar de las más de 1,800 policías municipales que, de acuerdo a distintos estudios, están mal capacitadas, mal equipadas y mal coordinadas?”.
Como dice el abanderado presidencial del PRI-PVEM “nombre…son unos genios”. Sustituir el trabajo legislativo de casi dos años, que involucró reuniones con expertos y escuchar las voces de la sociedad organizada y víctimas de la delincuencia, por una pregunta sesgada planteada el mismo día de la elección federal, pasando por encima de concurrencias federales, presupuestos estatales y federales, todo ello para colocar el populismo disfrazado del PRI y su aliado el Verde Ecologista; pero sobre todo, suponer que las policías estatales son profesionales, eficientes, incorruptibles y son la alternativa para acabar con la inseguridad, es decir una enorme mentira (ver la actuación de un grupo de élite en Veracruz con César Duarte, participe en la desaparición y asesinato de jóvenes), tan enorme como la derrota que sufrirán el próximo primero de julio.
Esta consulta popular aún no ha sido discutida en el Senado, pero hay intenciones de acelerar su presentación en el pleno, por lo que, desde ya, se puede afirmar el voto en contra del PRD y quizá de otros grupos parlamentarios de oposición para impedir su aprobación. Este es un tema serio, muy importante para la sociedad, que no debe convertirse en jugarreta electorera de esos partidos políticos.
Luis Sánchez
Coordinador del PRD en el Senado