El secretario de Salud, José Narro Robles, uno de los suspirantes a la candidatura presidencial del PRI, para quienes lo hayan olvidado, envió el siguiente mensaje a quien resulte ganador de la elección presidencial: No se hagan bolas, el tigre al que debemos amarrar es el de la desigualdad y la pobreza.
“Es hora de pensar en lo social. Lo social constituye el centro de los problemas que tenemos en la actualidad y la mayoría de ellos se deben a que no hemos encontrado solución a la desigualdad. Ese lastre que nos ha impedido avanzar más rápidamente como nación”, afirmó. Y advirtió: “Ningún proyecto económico vale la pena si no sirve para mejorar las condiciones de vida de la población”.
El doctor Narro no se atrevió a decir que ningún presidente – ninguno—ni priista ni panista, pudo cumplir en el ejercicio del poder federal ni siquiera una mínima parte de las ofertas que hizo en campaña electoral. ¡Y vaya que ha visto desfilar a cerca de diez! Cada uno con su lema, como “Arriba y adelante”, de Luis Echeverría; “La solución somos todos”, de José López Portillo; “La renovación moral de la sociedad”, de Miguel de la Madrid; “Que hable México”, de Carlos Salinas de Gortari; “Bienestar para tu familia”, de Ernesto Zedillo; “El gobierno del cambio”, de Vicente Fox; “Vivir mejor” de Felipe Calderón y “Te lo firmo y te lo cumplo”, de Enrique Peña Nieto.
“Debemos combatir la pobreza y cerrar la brecha de la desigualdad, que aún, lamentablemente, divide a los mexicanos. Estamos en pleno Siglo XXI. México ha logrado avances en diversos sectores, pero es indignante, inaceptable, que millones de mexicanos padezcan hambre”, dijo Peña Nieto en su discurso de toma de posesión. Según cifras oficiales, en su administración más de 2 millones de personas salieron de la miseria, pero siguen siendo pobre. En cuando a la brecha de la desigualdad, en lugar de reducirse se ha ampliado.
“Soy plenamente consciente de la dramática condición de pobreza en que vive la mitad de la población mexicana. México tiene una enorme deuda social que pagar con los mexicanos más pobres… Se que tenemos que resolver de fondo la desigualdad de los mexicanos…”, dijo Felipe Calderón. ¡Pero no hizo nada por pagar la deuda con los “jodidos y desiguales!
“México ya no puede ni quiere ni puede sobrevivir entre islas de riqueza y prosperidad, rodeadas de mares por miseria. Desde hace mucho tiempo, millones de mexicanos y mexicanas resisten la sobrecarga de la marginación y la pobreza”, afirmó el incompetente Vicente Fox, quien convirtió, ayudado por su esposa y sus hijastros, las mares de miseria y desigualdad en océanos, mientras ellos se hincharon de billetes.
“La pobreza es el lastre más doloroso de nuestra historia… por eso nuestro mayor compromiso es con los que menos tienen”, dijo Ernesto Zedillo, quien no hizo mucho por los “jodidos” y desiguales porque después del “erro de diciembre”, nunca tuvo “cash”.
“El propósito medular de la Revolución Mexicana, que es el de la justicia social, no ha sido alcanzado”, declaró Carlos Salinas de Gortari, quien al igual que López Portillo terminó llorando a moco tendido.
Y mejor ya no le seguimos con las citas porque el doctor Narro también podría terminar llorando.