José Antonio Meade triunfó en la defensa de los debates en la intercampaña

Con la reciente revocación del Tribunal Electoral en relación con los debates en los medios, José Antonio Meade ganó una batalla de gran significado para la contienda democrática mexicana. Finalmente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revocó el acuerdo del Consejo General del INE que interpretaba las regulaciones legales prohibiendo la asistencia de dos o más candidatos a un mismo foro, con la finalidad de contrastar opiniones. A partir de esta revocación sí se pueden realizar sesiones para el debate de ideas en los medios en el período de intercampañas, observando las restricciones de no pedir directamente el voto, no hacer propuestas concretas, no comprar tiempo en medios, y no excluir a los contrincantes. Las propuestas específicas y el proselitismo abierto se podrán hacer durante el período de campaña, es decir en los meses de abril, mayo y junio próximos. La decisión de la Sala Superior de los jueces electorales debe aplaudirse, porque contribuirá a enriquecer la calidad de las campañas y, al propiciar que el electorado conozca de manera más diáfana y directa a los contendientes y sus tesis, propiciará que las y los ciudadanos se informen bien. Conviene destacar que la esencia de este debate tocó dos temas torales del ejercicio y la congruencia democráticos: La libertad de expresión y la calidad de la deliberación que, con esta sentencia, serán más respetadas y fortalecidas. Gracias a que el Juzgador fue terminante y contundente, al resguardar a la libre expresión que, equivocadamente, se había supeditado a una interpretación sin sustento constitucional, gana el electorado y pierden los equivocados y los temerosos a debatir. Es menester argumentar las razones en defensa de los debates, en el marco de la pluralidad y de la pertinencia de la democracia deliberativa, al mostrar ante la faz de la sociedad, quién es quién en la contienda electoral más importante del país. Es público, y quedará como huella en el análisis histórico, que fue José Antonio Meade Kuribreña quien colocó en la agenda nacional la lucha por la recuperación del derecho a debatir. Su persistente defensa del intercambio de ideas en la etapa de intercampaña responde a una concepción integral de la democracia, que coloca en el centro de la atención a las y a los ciudadanos, que tienen derecho a conocer las distintas maneras de razonar y argumentar, de expresarse, de tratar al adversario y de entender y exponer las propuestas de cada quien, para atender los problemas y los temas regionales y nacionales. En otro extremo, AMLO y Morena, eluden el debate cara a cara, y evitan a toda costa el contraste. Esta actitud responde a un proyecto no democrático, en el que se persiste en denostar, sistemáticamente a todos los contrincantes, a caricaturizarlos con frases maniqueas, para no verse obligados a contrastar ideas de fondo frente a los competidores. Estamos entonces ante dos posicionamientos antagónicos: El candidato Meade que entiende a los adversarios como sujetos respetables, con todo el derecho a sostener y a defender sus proyectos, y el candidato López Obrador que se esconde en las fáciles manifestaciones del insulto y la exclusión. México, elegirá el 1 de julio de este año entre esos dos proyectos. Uno, el de José Antonio Meade, basado en la búsqueda de la gobernanza democrática que suma, articula y une a lo diverso, con apego al principio democrático de reconocimiento de la pluralidad estructural, y otro, el de López Obrador, que no encarna compromiso democrático alguno, que dirige un partido de modo absolutamente unipersonal, y que, ni ahora, ni mañana favorecerá la libertad deliberativa, de las ideas y las propuestas contrastadas, como lo ha demostrado siempre. Ricardo Anaya, en cambio, no se da abasto ante los señalamientos tan delicados y preocupantes que se le han hecho, y apenas le alcanza el tiempo para defenderse de las acusaciones, y en atacar y atacar, sólo por atacar y por defenderse, fiel a los consejos de El arte de la guerra. Margarita Zavala, Jaime Rodríguez y Armando Ríos Piter que abrazaron la causa de manera independiente, por supuesto que merecen la oportunidad de debatir. Por Heriberto M. Galindo Quiñones @HMGALINDOQ