Arturo Sánchez: Resultados oportunos

A decir del INE, conoceremos las tendencias de la votación presidencial el mismo día de la jornada electoral por la noche, y lo mismo ocurrirá con los resultados de las 8 gubernaturas y de la elección del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Para ello se aplicará un método diferente al que objetó el Tribunal Electoral y no se utilizarán los cómputos asentados en las actas, sino el conteo previo que se asienta en el “Cuadernillo para hacer las operaciones de escrutinio y cómputo”. Este “cuadernillo” es una herramienta útil para los funcionarios de casilla, pues les permite contar los votos, apuntar el resultado, realizar operaciones y, si es necesario, corregir los datos, antes de llenar las actas definitivas, y no se cometan los “errores aritméticos” que tantos conflictos generaron en elecciones pasadas. Lo que el INE propone es que al término del cómputo de la elección presidencial y se asienten los datos previos en el cuadernillo, en ese momento el Asistente Electoral (personal del INE), en las casillas seleccionadas para la muestra, obtenga los datos y los transmita vía telefonía celular a la autoridad electoral para su procesamiento. Mientras tanto, continuará el procedimiento de cómputo de las otras elecciones, respetando el procedimiento legal que privilegió el Tribunal Electoral. Así, cuando los responsables del Conteo Rápido hayan procesado las casillas previstas en la muestra y se satisfagan los requerimientos estadísticos, Lorenzo Córdova informará a la ciudadanía sobre las tendencias de la elección. Así no se tendrá que esperar a que terminen todos los cómputos para proyectar los resultados presidenciales. Poco importa ya si el Tribunal tuvo razón o no en la interpretación de la ley que obstaculizó el proyecto original del INE. El hecho es que hoy se propone un nuevo camino que no deja de implicar algunos problemas. Utilizar los resultados del cuadernillo significa que habrá una diferencia pequeña entre los resultados finales y los que tome el Conteo Rápido, dado que el elector puede depositar una boleta en la urna equivocada. Ello se resuelve con los cambios en el procedimiento que tendrá que instrumentar el INE: habrá que modificar el diseño del cuadernillo, de manera que se establezcan las instrucciones precisas para facilitar el proceso; será necesario que el INE perfeccione la capacitación que se impartirá a los funcionarios de casilla para que se contemplen los citados cambios; y se modificarán los diseños de los manuales de capacitación. Sería conveniente informar adecuadamente a los electores que la boleta café, que corresponde a la elección presidencial, deberá depositarse en la urna del mismo color, para que en la noche de la jornada el primer cómputo sea más preciso. Seguramente el INE enfrentará esas tareas con los contratiempos y costos consecuentes. Por principio será necesario ajustar la capacitación a los 45,000 capacitadores y supervisores que se encargarán a su vez de capacitar a los funcionarios de casilla. El problema ahora es el tiempo para instrumentar con éxito el nuevo método. Si el acuerdo tomado el día de ayer es recurrido ante el Tribunal Electoral, se corre el riesgo de que el Conteo Rápido enfrente nuevos obstáculos, además de que los tiempos para que el INE instrumente los cambios se reducirían significativamente. Para evitar que los partidos acudan al Tribunal Electoral, el Consejo General cabildeó con cada uno. Al parecer hay conformidad, salvo por el hecho de que los partidos insisten en que sus representantes firmen el ya ahora famoso “cuadernillo”, lo que podría retrasar hasta media hora más el inicio del cómputo. Eso está por resolverse, pero es increíble el sospechosismo.  
DECANO ASOCIADO DE LA ESCUELA DE GOBIERNO Y TRANSFORMACIÓN PÚBLICA DEL TECNOLÓGICO DE MONTERREY