La contienda electoral se encuentra dividida en 3 etapas: la de precampañas (14 de diciembre a 11 de febrero), la intermedia y la de campañas (30 de marzo a 27 de junio).
Por ello, a dos días de concluir el primer tercio de la carrera presidencial, destacan algunos saldos de las precampañas en términos de la utilidad del esquema y los efectos para los actores participantes.
1. Duración de las contiendas: no se reduce. En realidad, las tres etapas suman los mismos 195 días que los previstos en 2012, pero más que el período único de campaña de 161 días que se dio en 2006.
2. Costo de las campañas: tampoco disminuye. El presupuesto público asignado a las campañas federales asciende a 2,148 millones de pesos, 27% más que en 2012. Cada candidato presidencial podrá gastar 429 millones.
3. Objetivo de las precampañas: no se cumplió. La idea de servir de “primarias” de los partidos (la ley las define como aquellas actividades dentro de los procesos internos de selección de candidatos) quedó rebasada. La gran visibilidad de López Obrador como candidato indiscutible de Morena hacía muy costosa la indefinición de los demás contendientes. Lo cierto es que las tres coaliciones registraron a un solo precandidato, aunque tendrán que cubrir las formas y ratificarlos como sus abanderados para la siguiente etapa.
4. Independientes: el camino tortuoso. El periodo de precampañas coincide con el de obtención de apoyos y validación de firmas para los aspirantes sin partido. El resultado es que llegarán al arranque de las campañas en franca desventaja.
Contradictorio incluir estas candidaturas pero con requisitos y obstáculos desproporcionados frente a los candidatos partidistas. Desde los contratiempos al utilizar la aplicación para recabar firmas, hasta la evidente necesidad de recursos humanos y materiales para abarcar la dispersión estatal exigida por la ley.
5. Encuestas: avisos a tiempo. De diciembre a la fecha se han publicado 10 encuestas (incluida la de este diario), que registran al menos tres datos valiosos: uno, la concentración de recursos y spots logró elevar el nivel de conocimiento de los precandidatos Meade y Anaya a más del 80% de los votantes; dos, AMLO se mantiene a la cabeza en todas las encuestas con ventaja hasta de dos dígitos; tres, la disputa por el segundo lugar parece aclararse al cierre de las precampañas. En 7 de las 10 encuestas, Ricardo Anaya aparece en segundo sitio y José Antonio Meade en tercero.
Más que definitorias, las encuestas deberán ser insumo para que los candidatos y sus equipos revisen, refuercen o de plano modifiquen sus estrategias de campaña.
A partir del lunes y hasta el 29 de marzo correrá la fase de intercampañas, en la que los precandidatos seguirán activos pero no podrán aparecer en los spots de radio y televisión. Será el último respiro antes del inicio formal de las campañas.
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