Si uno revisa con cuidado las ofertas de los precandidatos a la presidencia de la República y para jefe de Gobierno de la Ciudad de México, nos daremos cuenta de que muchas de ellas van en el sentido de hacer lo que nos plazca. A la condición humana no le gustan las reglas; la raza humana tiende a la anarquía tal y como lo establecen diversos análisis desde el pensamiento libertario.
Este pragmatismo lo vemos ahora reflejado en las campañas políticas. Andrés Manuel López Obrador, precandidato del Movimiento de Regeneración Nacional promete eliminar la reforma educativa. Sabemos que eliminar tan polémica reforma le regresaría al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación la posibilidad de especular y lucrar con las plazas magisteriales que son, dicho sea de paso, propiedad del Estado Mexicano.
Mikel Arriola, precandidato del Partido Revolucionario Institucional a jefe de Gobierno, prometió que de ganar las elecciones, quitará el reglamento de tránsito ya que, dice, contiene 400 regulaciones “para sacarnos lana”. Claudia Sheinbaum, precandidata de Morena a jefa de Gobierno, insiste en que de llegar a la jefatura de gobierno quitará las fotomultas que se han convertido en la manzana de la discordia en la actual administración capitalina.
Leí con atención el trabajo de mi compañero columnista Alejandro Sánchez en el que hace una muy puntual crítica al programa de sanciones por exceder el límite de velocidad ahora que cumple dos años. Su preocupación se basa en que la mitad del dinero va a manos privadas y sobre la increíble cantidad de multas con fotografía que algunos automovilistas registran; habló de un caso de más de 80 multas. ¿Por qué alguien puede acumular tal cantidad de sanciones? Por una simple razón: les importa un comino las nuevas regulaciones.
Si se sabe que las vialidades ya tienen límite de velocidad y existen ojos robotizados para observar los excesos ¿por qué ignorarlos? ¿Acaso se espera la condonación de la multa o la cancelación del programa? Es pueril pensarlo así. Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, informó que la restricción de la velocidad ha disminuido en 14 por ciento las muertes por accidentes automovilísticos. Mancera señaló que él no va a cargar con los fallecimientos de jóvenes asociados a una cancelación del programa de reducción de velocidad.
Pero ¿a quién le gusta un político o un candidato que establece más reglas del juego y que exige respetarlas? A nadie; son los más impopulares. Hoy la propuesta es fácil: quitar, cancelar, eliminar, para que las personas como usted y como yo, hagamos lo que se nos venga en gana.
Corazón que sí siente
Hoy se va Norberto Rivera Carrera, hombre que hizo enorme daño a la Iglesia Católica en su imagen y credibilidad. Llega Carlos Aguiar Retes. Ya veremos si le alcanza el tiempo para recomponer lo destrozado por su antecesor.