¿Fuera "narcos" de la UNAM?

En la UNAM se vende droga. Estudiantes, personal administrativo y profesores lo saben. Conocen dónde y quiénes lo hacen. Las autoridades universitarias saben cómo ingresa, cómo se mueve al interior y quiénes controlan su distribución. Hay una red de cámaras y patrullaje en las instalaciones que harían imposible que no lo notaran. Desde hace años, por ejemplo, ‘las islas’ son centro de venta. Desde hace años, también, el auditorio Justo Sierra, rebautizado como ‘Che Guevara’ por quienes lo mantienen secuestrado, es guarida de grupos que planean actos vandálicos en su interior, y lo utilizan como escondite y hasta bodega. El mismo Rector Enrique Graue conoce lo que ocurre con el auditorio ubicado en la Facultad de Filosofía y Letras. "La comunidad está ya harta de esta situación", dijo en marzo de 2016. Tenía entonces, apenas, tres meses al frente de la Universidad. Reconoció lo que ni José Narro ni Juan Ramón de la Fuente quisieron ver. Por aquel momento, como ahora, la venta de droga asomó la cabeza en la UNAM. Jorge Emilio Esquivel Muñoz ‘El Yorch’, había sido detenido portando más de 50 grapas de cocaína, 300 gramos de marihuana y una buena cantidad de pastillas psicotrópicas. La tarde de su detención, ocupantes del Justo Sierra realizaron bloqueos, pintarrajearon la Biblioteca Central de la UNAM y la de la Facultad de Derecho. ‘El Yorch’ finalmente salió libre. La juez Rosa María Cervantes Mejía, le abrió la puerta al reclasificar como delito no grave la imputación en su contra. El Justo Sierra, secuestrado hace 18 años, es tierra de nadie. Ni sus legítimos dueños –los universitarios- ni quienes tendrían la facultad de administrarlo –las autoridades de la UNAM-, pueden poner un pie ahí porque quienes se lo apropiaron se niegan a entregarlo a lo que denominan “la burocracia universitaria”, que en realidad son las autoridades universitarias a quien pertenece. En la entrada, sillas, bancas, tubos y tablas forman barricadas que impiden el acceso a quien ose ingresar a la trinchera de anarquistas que desde ahí operan actos vandálicos y utilizan su posición para la venta de drogas. La realidad está a la vista de todos, incluido el Rector Graue. Por eso llama la atención que, pese a asegurar hace un par de días que la “escalada de violencia alcanzó límites inaceptables”, no vaya más allá. “Continuaremos actuando con apego a la legalidad, cuidando de la seguridad de nuestras instalaciones (…) denunciando a delincuentes y evitando el ingreso de aquella violencia que pudiera acarrear más violencia”, señaló. ¿Lo dice en serio? ¿O son solo palabras que buscan atajar una crisis? Más que la violencia, que de por sí alarma, preocupa que el Rector viendo la realidad decida permanecer en el lugar común y no hacer frente a los hechos que lo están atropellando. ¿Quiere a los narcos fuera de la UNAM, Rector? Puede comenzar con el Justo Sierra. -Off the récord Cena con un puñado de poderosos empresarios, en CDMX. “Voy por el 10% de los votos, se los voy a quitar a AMLO”: Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”… Los acelerados deberán tomarlo con calma. Aún no se va Miguel Mancera de la Jefatura de Gobierno. Antes, la resolución del TEPJF.