Trump y Centroamérica: México en medio

La ofensiva contra la Mara Salvatrucha que el gobierno estadounidense comienza a delinear, puede colocar a México en una posición difícil. Las declaraciones del presidente Donald Trump contra la pandilla centroamericana son la punta de lanza. La política migratoria de Trump es de "línea dura" y los maras son el blanco perfecto para justificar una serie de acciones más allá incluso de la cancelación del Programa de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) sino de presionar específicamente a Guatemala, El Salvador y Honduras, para reducir la migración, por un lado, y el flujo de drogas hacia Estados Unidos, por otro. Ciertamente es más fácil decirlo que hacerlo. Ambos problemas son reflejo de una situación de décadas, a los que no ha sido ajena la política estadounidense hacia la región. Para bien o para mal, México ha sido una pieza clave en el esfuerzo estadounidense para tratar de limitar la llegada de centroamericanos, ya que la inmensa mayoría de ellos se ve obligada a cruzar territorio mexicano en una travesía que frecuentemente está llena de peligros y dificultades. Sólo en 2015 se calcula que más de 300 mil migrantes centroamericanos llegaron a México en dirección a EU, de los que alrededor de 200 mil fueron detenidos y 140 mil deportados. De acuerdo con un reciente análisis del grupo Stratfor, lo más probable es que EU continúe dependiente de la colaboración mexicana para tratar de frenar la marea de migrantes hacia el norte. Pero esto no es tranquilizante para México, que pese a sus propios y apremiantes problemas de seguridad, parece a su vez una alternativa deseable, para al menos una parte de los centroamericanos. A mediados del año pasado, Maureen Meyer, de la Oficina de Washington sobre América Latina (WOLA), aseguró que "el número de migrantes y solicitantes de asilo que desean permanecer en México ha aumentado considerablemente en el último año y medio. Más centroamericanos están buscando a México como un destino y un lugar para buscar protección contra la violencia". Entre 2014 y 2016 hubo un aumento de 311 por ciento en el número de centroamericanos que solicitó en México y una estimación señaló que en 2017 serían más de 20 mil. El hecho en todo caso es que la combinación de la política estadounidense y la situación en Centroamérica pondrá a México enmedio de una situación complicada, toda vez que al menos, según el análisis de Stratfor, la política de Trump acabará por depender de la colaboración mexicana en ese sentido. De acuerdo con esa visión, no hay mucho que el gobierno Trump pueda hacer que sea distinto a lo que ya hicieron sus predecesores, toda vez que pese a la retórica de Trump, el gobierno estadounidense asigna una baja prioridad institucional a los temas vinculados con América Central. Al menos de acuerdo con Stratfor México, se verá en un papel que ya ha tenido en los últimos años: "Asumirá la carga de ayudar a Estados Unidos a enfrentar los problemas de seguridad en su patio trasero".