La Universidad Nacional Autónoma de México está ocupada, al interior de su campus se comenten delitos federales, se portan armas, hay homicidios, pero las autoridades se envuelven en una retórica para evitar el reconocimiento de que están rebasados ante este problema.
Tras el enfrentamiento a balazos y muerte de dos presuntos narcomenudistas en las canchas de frontón el viernes por la tarde, el rector Enrique Graue acompañado por directores dio un mensaje el sábado, reconoció que la UNAM “está lastimada” y rechazó como una opción armar a los vigilantes.
Nadie quiere un campus universitario cerrado y armado; pero resulta que las armas ya las metieron desde hace rato.
El rector en su mensaje no tuvo palabras para el área de Auxilio UNAM, que son los responsables de la vigilancia dentro de las instalaciones, porque no está funcionando como un equipo de prevención o de apoyo. Estudiantes que han sido asaltados por personas armadas, abordo de vehículos abajo del puente que cruza hacia el Instituto de Física han pedido ayuda a ese personal y no la brindan.
Les dieron cuatrimotos para hacer rondines y revisaban las mochilas de los estudiantes en la Facultad de Ciencias, Ingeniería, pero por qué no acuden a los puntos conflictivos donde operan estas bandas que operan en Ciencias Políticas, las canchas de frontón, las islas, Filosofía y Letras o las zonas a donde se han dispersado.
El viernes un grupo numeroso de personas que se dijeron vigilantes de la UNAM sin uniforme en la Facultad de Contaduría y Administración, acosaron y trataron de impedir que periodistas hicieran la cobertura después de la balacera; un reportero les reclamó “ahora resulta que es más peligroso ser periodista en la Universidad que vender droga y estar armado”.
Es tan paradójico que en los sitios donde hay problemas de inseguridad en el país, los elementos encargados de brindar protección terminan comportándose como guardias blancas.
El malestar por las condiciones de inseguridad fueron explícitas en el Estadio Olímpico Universitario durante el partido de futbol de los Pumas contra las Chivas, tres veces apareció en la pantalla de la cabecera norte el mensaje “¡Fuera Narcos de la UNAM!”, durante el medio tiempo y al final de un juego.
El combate de delitos contra la salud es responsabilidad del gobierno federal, es momento de que las autoridades universitarias se sienten para discutir el tema y buscar una solución, que va más allá de armar a los elementos de vigilancia o meter policías a las facultades. Se trata de hacer inteligencia para enfrentar un problema que han dejado crecer por años.
Nadie quiere que la Universidad esté ocupada, pero tampoco que sigan volteando a otro lado ante un problema real. El viernes murieron dos narcomenudistas, hace ocho meses un estudiante perdió la vida al caer de un tercer piso de la Facultad de Filosofía; hace nueve asesinaron a Lesby, nadie quiere llevar la cuenta de estos hechos.