Este domingo en PyeongChang concluyó la 23a edición de los Juegos Olímpicos de Invierno, en la que destacaron la tregua entre las dos Coreas, que desfilaron conjuntamente en la apertura, y que hasta presentaron un equipo unificado en el hockey sobre hielo femenil; Noruega, con poco más de cinco millones de habitantes, encabezó el medallero con 39 preseas en total, una marca para los Juegos, siendo 14 de oro, para empatar el liderato con Alemania, al igual que el récord establecido por Canadá en Vancouver 2010.
Los atletas rusos compitieron bajo la bandera olímpica y asistieron por invitación, tras practicarles exámenes antidopaje, luego de los repetidos casos de uso de sustancias prohibidas en todo tipo de competencias; conquistaron 17 medallas, dos de oro, contrastando con las 29 totales y 11 áureas de hace cuatro años en casa, en Sochi, donde el descaro del dopaje llegó a su punto máximo.
Así termina una edición más de Juegos Olímpicos, y el Comité Olímpico Internacional, al igual que como ocurre con la FIFA en los mundiales de futbol, levanta su circo, se lleva su tajada, y es responsabilidad del país sede lidiar con los problemas posteriores a ser anfitrión a un evento de esta clase, como lo son las deudas enormes y la edificación de elefantes blancos
Falta aún que la sede coreana dé a conocer sus cifras finales, pero, por lo pronto, el presupuesto original de siete mil millones de dólares se duplicó, alcanzando los 13 mil millones. Los Juegos de Sochi en 2014 costaron 51 mil millones de dólares, más del total combinado de todas las ediciones anteriores de la cita invernal, con 41 mil millones de dólares de déficit. Hoy en día, la mayoría de sus instalaciones conforman un pueblo fantasma, al igual que sucede en Río de Janeiro, sede de la cita veraniega de 2016, donde la corrupción elevó el costo de seis mil millones a 20 mil millones de dólares.
Pero los países han aprendido la lección, alejándose del largo y desgastante proceso de presentación de candidaturas, tomando en consideración que del total de los ingresos, el COI se queda con 70%, a diferencia de los años noventa, cuando sólo retenía 4%.
Como referencia, para los Olímpicos de 2004 concursaron 11 ciudades, y 10 para los de 2008. Para los de 2020, otorgados a Tokio, sólo participaron los japoneses, Estambul y Madrid, y para las dos siguientes sólo llegaron al final del proceso de selección París, que será anfitriona en 2024, y Los Ángeles, que recibirá los de 2028.
No creo que los Juegos Olímpicos desaparezcan, pero es un hecho que están enfermos, y para sanar, el COI deberá modificar su leonino modelo de negocios.