La masacre domina la agenda política estadounidense

Ambas cámaras del Congreso regresan el lunes a un periodo de sesiones en el que el presidente Donald Trump será uno de los temas principales, tras una dura semana dominada por la masacre del 14 de febrero en la escuela secundaria de Parkland, Florida, que dejó 17 muertos, en su mayoría jóvenes estudiantes. Luego de cancelar una orden emitida durante el régiman de Barack Obama, que prohibía la venta de armas de fuego a personas con problemas mentales, y oponerse a otras medidas que dificultaban la compra de armas como la usada en la matanza en Florida y en otras escuelas, y ante la ira de miles —incluso las marchas de estudiantes de secundaria– ahora Trump dice que podría apoyar leyes que establezcan un registro nacional y limitar la posibilidad de que personas con antecedentes penales o de salud mental puedan adquirir armas, y pidió que el Congreso tome cartas en el asunto. Pero no deja de hablar de un muro fronterizo, que aseguró será realidad, y denunció que los demócratas "han perdido el interés" en DACA, el programa de ayuda migratoria a cientos de miles de jóvenes indocumentados que vence en dos semanas. Se espera que el Senado discuta un proyecto de ley nuevo sobre DACA. La atención está en la secuela del tiroteo y las cosas no se ven bien para DACA. Trump apoya una medida controversial —que los maestros porten armas dizque para mayor seguridad en los salones de clase, e incluso que reciban un bono por estar armados y "proteger a sus estudiantes". Aseguró que un maestro armado le hubiera "volado la cabeza" al atacante en la escuela en la Florida. La mayor asociación sindical de maestros del país, la Asociación Nacional de Educación (NEA), y otras organizaciones de educadores, están contra de la idea y seguramente organizarán protestas si el Congreso se atreve a tocar el tema. Pocos legisladores se suman a la idea de maestros con metralla, y los demócratas critican severamente a Trump, preguntan cómo es posible que no haya fondos para contratar un mayor número de maestros o para comprar materiales para los salones, pero sí hay para armas y bonos. En todo caso, las protestas de los estudiantes de secundaria desde el tiroteo del 14 de febrero han dado frutos y varios republicanos, incluso el senador Marco Rubio, de Florida, ahora dicen que estarían a favor de algunas medidas para dificultar la compra de armas y también a favor de establecer un registro nacional, a lo que nunca antes había dado el visto bueno. Rubio dice que tanto el Senado como la Cámara de Representantes están dispuestos a discutir el tema la misma semana que regresan y que hay suficientes votos para hacer cambios. Aun así, en un foro donde habló con estudiantes sobrevivientes de la masacre, Rubio rehusó decir que dejaría de aceptar dinero de la Asociación Nacional de Armas (NRA). Es uno de los mayores beneficiarios del dinero de la NRA, y como muchos legisladores republicanos, está comprometido con ella. POR PATRICIA GUADALUPE *Periodista