El cabildeo que en últimas fechas se acalora en torno del proyecto SB526 en la Asamblea Legislativa de Maryland deja claro que el estado de la costa atlántica no quiere un sólo día sin los mexicanos que ayudan a consolidar su industria del cangrejo y mantener sus jardines y parques con el trabajo legal autorizado con visas temporales H2B.
La mano de obra que están dispuestos a hacer los migrantes, como en muchas otras latitudes de la Unión Americana, es tan necesaria que el año pasado la senadora Bárbara Mikulski entró a buscar si en las enmarañadas listas del Departamento del Trabajo (DOL) había sobrado alguna visa H2 que no se hubiera usado en otros estados, para llevársela a Maryland. El año pasado DOL autorizó más de 80 mil visas de trabajo H2 -H2A para el campo y H2B para oficios de baja calificación a pesar de las hostilidad del presidente Trump, que aún no tiene ningún proyecto para regular la contratación donde ocurren frecuentes abusos contra los empleados foráneos por parte de los patrones. Para regular esta situación, aunque sea de manera local, los senadores Jim Rosapepe, Richard Madaleno y Susan Lee, de Montgomery, presentaron el 29 de enero el proyecto de ley SB526 para proteger así a su preciada mano de obra importada cada año desde el extranjero, principalmente de México, por alrededor de 600 dólares semanales.
Esta propuesta local sentaría un precedente a nivel nacional, porque prohibiría en un contrato oficial los cobros a los trabajadores que hacen algunos contratistas a cambio de reclutarlos, y crearía una base de información sobre la plaza laboral, el pago, el tiempo de contratación y otros detalles que podrían revisarse a distancia. Pretende también: eliminar las “listas negras’’ en que ponen a los migrantes temporales cuando se quejan de algún abuso para no volverlos a contratar; dar poder al fiscal local para intervenir en caso de denuncias; la posibilidad de que otro patrón pueda contratar (actualmente los trabajadores temporales quedan ligados a una sola empresa) e igualdad para las mujeres.
Este último dato es un paso adelante en la igualdad de género migratorio dado el perfil que se requiere en los trabajos de Maryland: principalmente mujeres de San Luis Potosí, Campeche, Yucatán y otros Estados que se parten la espalda en la extracción de hasta 24 kilos de pulpa de cangrejo diariamente por alrededor de 100 dólares, mientras piensan en los hijos que dejaron del otro lado de la frontera.
La propuesta tiene hasta ahora relativa aceptación entre los legisladores de los 47 distritos de Maryland, que están en un año electoral y buscarán la reelección para noviembre próximo con fuerte presión de organizaciones civiles y un electorado que lucha por conservar sus pequeñas y medianas empresas. Y dependen de los mexicanos.