Insólita preferencia

Aunque ya era sabida su afición por el basquet- bol, no deja de causar sorpresa la declaración de Carlos Vela sobre que preferiría mil veces ver un partido del deporte ráfaga que uno de futbol, el deporte que practica profesionalmente desde 2007. Lo normal es que los referentes o inspiradores de un futbolista sean otros futbolistas. Pero no en el caso del oriundo de Cancún. A los que disfrutamos y consumimos mucho futbol de allende y aquende cada semana, nos parece raro que el futbolista mexicano más talentoso de los últimos tiempos no sienta ni remotamente la misma pasión que nosotros por el deporte de las patadas. Cosas veredes, amigo Sancho. ¡Lo que hay que ver! Es una rareza enorme pero sus gustos son válidos y muy respetables. No sabemos si ese sutil desdén por el que Ángel Fernández llamó “el juego del hombre” haya tenido que ver con la insólita decisión de Carlos de abstenerse voluntaria- mente de jugar con la Selección en el Mundial anterior. A través de un comunicado de estructurada redacción, el 3 de febrero de 2014 anunció oficialmente que se hacía a un lado del Tri. Argumentaba que no podía quitarle el puesto a ninguno de los que se la habían rifado en la azarosa eliminatoria que terminó con un repechaje en Nueva Zelanda. Pero cuatro años después, con 29 de edad, no se dará el lujo de dejar pasar la oportunidad, quizá irrepetible, de participar en una Copa del Mundo y dejar huella como un delantero de élite. Vela no puede mirar de soslayo el futbol porque ese desinterés puede repercutir en su rendimiento en las canchas rusas. Si se lo propone, si se compromete, tiene todo para hacer historia con la Selección. Las llevadas y traídas rotaciones de Juan Carlos Osorio seguramente limitarán su actividad mundialista, con lo cual deberá mostrar toda su calidad en menos tiempo que el que tendría un titular fijo en un formato convencional. ¿Debió callar su preferencia por el basquetbol? No lo creo. Me pareció sincero, desenfadado, excéntrico, políticamente incorrecto, involuntariamente escandalizador, seguro de sí mismo y algo desafiante. Rusia 2018 será el gran escaparate para un jugador diferente que ha preferido enrolarse en el futbol de Estados Unidos en lugar de seguir compitiendo a un alto nivel en Europa, donde no logró consolidarse, a pesar de sus excelentes condiciones. El atractivo económico pudo más que sus ganas de crecer en lo deportivo. Mientras que son peras o son manzanas, balones de gajos o de basquet, Vela disfruta de la vida angelina aparentemente sin sugestionarse demasiado ante la acritud de las críticas de los pamboleros recalcitrantes que se atufaron con sus polémicas declaraciones.