No recuerdo a un candidato presidencial tan cuestionado en su honorabilidad como el perredista-panista, Ricardo Anaya. A la ya larga serie de acusaciones y sospechas sobre cómo ha amasado su fortuna personal -y la de su familia política-, ahora se suman nuevos señalamientos como lavado de dinero, triangulación ilegal de fondos en paraísos fiscales y amenazas. El candidato de Por México al Frente solo atinó a responder lo mismo que antes: “es falso”. Sin embargo, no aportó una sola prueba.
Desde Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel De la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Luis Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, y aún con Enrique Peña Nieto, ninguno de esos candidatos fue tan cuestionado como Ricardo Anaya. Es decir, en casi medio siglo de elecciones presidenciales nunca habíamos visto tal cantidad y calibre de señalamientos.
En este caso, se trata de acusaciones sustentadas en documentos, testimonios, estrategias financieras, rutas del dinero, propiedades y detalladas descripciones de cómo se ha construido la fortuna personal y familiar de Ricardo Anaya. En poco más de tres lustros, el modesto secretario particular de un gobernador, con apenas veinte y pocos años, se convirtió en candidato presidencial y ha mostrado un talento sorprendente para hacer negocios inmobiliarios. Sorprendente, ¿no?
A sus acusadores Anaya siempre ha respondido igual. Asegura que es mentira que se haya enriquecido ilegalmente. Alguien debería decirle que se equivoca. La campaña presidencial está por comenzar y la sombra de la sospecha no lo dejará. Si quiere tener verdaderamente oportunidad de ganar la Presidencia, no podrá darse el lujo de confiar, otra vez, en que solo su palabra bastará para salvarlo.
Además, Anaya cuenta con no pocos negativos. Su desprestigio político es claro. Muchos en su partido no lo quieren. No cuenta con el apoyo de ninguno de los expresidentes panistas. Tampoco tiene el respaldo incondicional de todos los gobernadores azules. En su evento de unción como candidato panista no todo fue terso y festivo como lo hizo ver su equipo de campaña. Algunos gobernadores, legisladores, delegados y militantes se salieron durante su discurso. Eso no es una buena señal. Esperemos a ver si Anaya es capaz de sobreponerse.
BON APPÉTIT
Hay nerviosismo en el equipo de campaña de Claudia Sheinbaum, candidata de Morena a jefa de gobierno de la Ciudad de México. En su equipo piensan que no se ha medido bien el impacto negativo para su imagen de los casos del Colegio Rébsamen, Tec de Monterrey y Universidad del Valle de México. En todos ellos murieron alumnos, en todos ellos se responsabiliza a la delegación que dirigió Sheinbaum y lo peor, en todos ellos se ocultó información oficial.
Miércoles 11 de Diciembre de 2024