Warhol está vivo

Mañana es el aniversario luctuoso de Andy Warhol, y a 31 años de su muerte mantiene su estatus como uno de los artistas más activos e influyentes. Tan sólo este mes, en Nueva York, dos exposiciones giran en torno a su obra: una es la instalación de su pieza Silver Clouds en la tienda Calvin Klein. La segunda es la exhibición en el MOMA del trabajo de Stephen Shore, conocido como el fotógrafo de Warhol. Pero no sólo eso, la ideología del artista pop, quien argumentó que el arte es un gran producto de consumo, sigue muy vigente. Ayer la inglesa Christie’s arrancó su serie de subastas con Six Self Portraits, y se prevé que dicha serigrafía (por cierto, la última que terminó el artista pop) alcance los 40 millones de dólares. Se trata de un autorretrato psicológico que ha generado un sinfín de enigmas, al reflejar una premonición de su muerte. Con una mirada seductora, su clásica peluca plateada despeinada, el acento de sus mejillas hundidas (alusivo a una calavera) y la eliminación de su cuerpo, el último retrato de Warhol se pierde en el oscuro espacio, como si quisiera expresar la extinción del icono.   [caption id="attachment_225233" align="aligncenter" width="978"] ARCHIVO[/caption]   Es importante saber que, Warhol es reconocido en la historia como uno de los máximos artistas del retrato, ya que alcanzó como nadie un estilo que capturaba a los famosos a través de una imagen seductora, poderosa y, al mismo tiempo, vulnerable. Sin embargo, sin importar los argumentos, ¿por qué pagar por un cuadro tal cantidad de dinero? Si le hiciéramos la pregunta al artista, quizá respondería con su célebre frase: “Me gusta el dinero en la pared”. Warhol causó polémica por su filosofía de “amor al dinero”. Su afamada serigrafía 200 One Dollar Bills, donde aparece un billete de dólar repetido 200 veces, fue justificada por el artista con el argumento de que “comprar es mucho más americano que pensar”, ¿acaso no tenía razón? En el 2017, su obra Sixty Last Suppers se vendió en 60 millones de dólares. Para ponerlo en perspectiva, es la mitad de lo que invertirá en México la empresa Sarrel para crear una planta de autopartes en Guanajuato, que dará empleo a 300 mexicanos en cinco años. Luego de más de tres décadas de fallecido, la realidad ha validado su filosofía sobre el arte como producto del dinero, poder y seducción. Al cierre de esta columna, aún se desconoce el monto por el cual fue subastada la obra de Warhol; sin embargo, seguramente el comprador coincida en que el arte es sinónimo de dinero. POR LILIA SOREN