Sin bien las redes sociales todavía no definen el resultado de una elección, su manipulación y el uso de la tecnología han logrado generar tendencias y corrientes de opinión a favor o en contra de partidos y candidatos.
También son utilizadas para difundir fake news y atacar a detractores de actores políticos, al grado de desaparecerlos de Facebook y Twitter.
El tema ya fue motivo de preocupación en el INE, tanto que el 5 de febrero pasado suscribió un acuerdo de cooperación con Facebook para promover no sólo la participación ciudadana en la elección del 1 de julio, sino las buenas prácticas en el uso de esta red social.
Además, en próximas fechas hará lo propio con Google y Twitter con la finalidad de que toda la información electoral que se difunda esté debidamente verificada.
Y no es para menos, de acuerdo con la firma Radar Digital, que dirige Manuel Cossío, en Facebook y Twitter existen estrategias para neutralizar a los críticos de los candidatos presidenciables.
Por ejemplo, la empresa de Cossío detectó que hay miles de cuentas que actúan como spam para denunciar y bloquear a usuarios y fanpages que publican cosas negativas de López Obrador.
Y es que el tabasqueño tiene con qué defenderse. Cuenta con el doble de seguidores que Ricardo Anaya y José Antonio Meade, por lo menos en FB y eso se refleja en toda la interacción que genera.
En los últimos 30 días apareció en 3 millones 585 mil publicaciones y provocó poco más de 47 millones de comentarios en posteos de 690 mil autores.
Lo único malo de todo esto es que el 28% de las publicaciones a favor de AMLO vienen del exterior, de los cuales el 39% de los autores son extranjeros y de éstos el 88% provienen de Rusia y Ucrania.
Cossío me aclara que no se trata de teorías ni de complots. Son datos duros y reales. Esa es uno de las virtudes de las redes, todo está en línea y al alcance de cualquier. Sólo hay que saber buscar.
Y a propósito de datos duros, Integralia Consultores hizo un balance de la presencia de los candidatos presidenciales durante las precampañas y en Twitter coloca a López Obrador en primer lugar, con 3 millones 553 mil 787 seguidores, seguido de Meade, con un millón 93 mil, y Anaya con 427 mil 227.
Esta es una pincelada de cómo se mueven los presidenciables online, pero para nadie es un secreto que todos, sin excepción, cuentan con granjas de cibernautas a sueldo e influencers que operan desde la clandestinidad para bloquear adversarios, mover tendencias y esparcir fake news. Y el que esté libre de pecado, que publique el primer tuit.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Todas las cosas fingidas caen como flores secas; no hay falsedad que tenga larga vida”