Con tanta película interesante estrenándose en el cine y con el Oscar a la vuelta de la esquina, me es casi imposible que hablemos de otra cosa, aunque hoy dedicaré el espacio a un tema que me preocupa y no puedo pasar por alto: nuestro cine.
Cuando digo que me preocupa el cine hecho en México, hablo de todo lo que tiene que ver con la industria. La falta de producciones con buenos guiones, el consumismo y la creación extrema de comedia barata en que hemos caído (pocas cintas de este género son rescatables), la poca distribución, el casi nulo apoyo económico del gobierno, pero sobre todo la falta de exhibición de las películas mexicanas en los complejos cinematográficos. De las buenas y propositivas cintas. Esas que a pesar de ser laureadas en todo el mundo, a veces no se estrenan en México, y cuando lo hacen, ya es muy tarde. Cuando ya pasó el ruido que hicieron en los festivales más importantes. En Cannes, Sundance, Venecia. Y además, si se estrenan, lo hacen en pocas salas.
Este es el caso de La Región Salvaje, filme de Amat Escalante, quien había triunfado en el mundo con Heli, y en 2016 obtuvo el León de Plata en la Mostra de Venecia como Mejor Director por esta nueva cinta que deambula entre el drama, la fantasía y el horror. Aunque atrevida y violenta (muy el estilo de Amat), La Región Salvaje es una buena película, con propuesta real, que aborda temas que para nuestra sociedad, no siempre son fáciles de digerir como la doble moral, el gusto por el placer sexual y la homosexualidad. El resultado: de las aproximadamente 100 salas en las que se exhibiría el filme a partir de este viernes (40 copias en Cinemex y 60 en Cinépolis), de pronto el complejo Cinemex decidió quitarla de su cartelera argumentando la falta de espacio. Claro que las mentes detrás de esta cadena de cines, no contaban con la astucia del "Mexa Power", y bastó con que Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro (quien ya antes había presionado para que la cinta se estrenara en México) se manifestaran en las redes sociales mostrando su indignación. Fue tal la presión, que Cinemex reprogramó el filme en 28 salas.
Esto que acabamos de ver, es un ejercicio digno de estudio. Por un lado, plausible el apoyo de estos monstruos mexicanos. Por otro, es de reconsiderarse lo que estamos haciendo como país y como empresas privadas para apoyar lo bien hecho en México. O díganme ustedes qué es lo que pasa con otros cineastas que traen buenos proyectos y no se llevan de piquete de ombligo con los "Tres Amigos del cine". Sus películas pasan completamente desapercibidas por algunos cines en lugares recónditos del país.
¿Por qué una cinta como Llámame por tu nombre, que también se estrena este fin de semana, merece más espacio que La Región Salvaje de Amat? ¿Sólo porque está nominada al Oscar? Porque déjenme decirles, que aunque es un buen producto, para mí, el filme de Luca Guadagnino es uno de los nueve títulos más sobrevalorados que compiten por el premio de la Academia de Hollywood, en la categoría de Mejor Película. El reconocimiento mundial que recibió la película de Amat debería ser sólo un factor más para que el filme se programe en todas las salas posibles del país. He dicho.