Aunque no se iguala lo acontecido con los Piratas de 1997 y 1998, cuando el staff de pitcheo de Pittburgh contaba con cinco mexicanos: Francisco Córdova, Esteban Loaiza, José Silva, Ricardo Rincón y Elmer Dessens, la firma del tamaulipeco Jaime García con Toronto es significativa, dado que ahora 40% de la rotación, además del cerrador, son peloteros de nuestro país.
Jaime perteneció a San Luis entre 2007 y 2016, ganó la Serie Mundial de 2011, en la que tuvo dos aperturas, pero posteriormente sufrió la operación de un hombro que lo limitó a 16 inicios entre 2013 y 2014. Previo al arranque de la temporada anterior fue negociado a Atlanta, que estrenaba estadio y buscaba darle una vuelta a la franquicia. Por ello los Bravos también adquirieron a los pitchers veteranos R. A. Dickey y Bartolo Colón.
Pero Atlanta no caminó. A principios de julio se desprendieron de Colón, y el día 24, tres días después de su última apertura con los Bravos, en la que además de acreditarse el triunfo conectó el primer homerun con casa llena de su carrera, Jaime fue cambiado a Minnesota, tras registrar marca de 4-7. Con los Mellizos fue presentación y des- pedida. Una apertura y un triunfo, y para el 30 de julio ya portaba el uniforme de los Yankees.
García se convirtió en el primer lanzador desde 1895 en abrir tres juegos consecutivos para tres equipos diferentes.
En Nueva York inició ocho encuentros, su registro fue 0-3, y en playoffs Joe Girardi sólo lo utilizó en un partido.
Ahora, con 31 años de edad y como agente libre, los Azulejos le ofrecieron un pacto por un año y ocho millones de dólares, que podrían llegar a 10 millones, si cumple con el paquete de incentivos con base en las entradas lanzadas, medio millón al llegar a 150, 160, 170 y 180 innings. Toronto se reserva una opción para 2019 por 10 millones de dólares, y en caso de querer finiquitar el pacto anticipadamente, le darían dos millones.
Previsiblemente se integra como el quinto abridor a la rotación encabezada por Marcus Stroman, Aaron Sánchez, J. A. Happ y el sonorense Marco Estrada. El sinaloense Roberto Osuna, con 95 rescates en tres campañas, es el cerrador.
Aunque en conjunto 2017 no fue uno de sus mejores años, con 5-10 y 4.41 de efectividad, el tamaulipeco continúa siendo un pítcher dominante, obligando a 55% de los bateadores que pusieron la pelota en juego a roletear al cuadro, y su velocidad promedio fue de 91.3 millas por hora, la más alta de su carrera.
Toronto no calificó la temporada pasada, luego de ser eliminado en la serie de campeonato las dos campañas anteriores. Veremos si estos Azulejos mexicanos son ca- paces de enderezar el camino.