Mister Roger

Lo que más me llama la atención del suizo es que a pesar de haberlo ganado todo tenga el espíritu y el hambre de seguir siendo el mejor. Para cualquier deportista de élite independientemente de la disciplina de la que estemos hablando, luego de años de gloria, de victorias incontables, de lograr con lo que más te apasiona el éxito económico, de ser ídolo y modelo de millones, incluyendo a tus adversarios, llega el hartazgo y la rutina. El combustible para seguir adelante se agota y entregas el cetro de rey del mundo, te liberas de todas las presiones que conlleva permanentemente estar enfocado en ganar, ganar y seguir ganando. Es la historia de todos, antes o después siempre sucede. Sin embargo, aún no llega ese momento para Mister Roger Federer, hace ya varios años, cuando por fin explotó el tenis de Novak Djokovic y la confirmación de Rafael Nadal, ambos más jóvenes que Federer, parecía que el ocaso de Roger había llegado sumado al buen nivel de sus rivales, aparecieron lesiones, que francamente nos indicaban que el mejor Federer había sido historia, pero todos estos obstáculos para el suizo se convirtieron en retos. ¿Qué hacer para seguir siendo el número uno? En primer lugar la respuesta era tener un físico impecable, liberarlo de lesiones, fortalecerlo hacerlo más resistente y veloz, parecía ser todo esto una utopía.Normalmente, un tenista después de los 30 años es un viejo. El enfoque de Federer fue distinto; a los 30 años se es un hombre joven y se ha sumado algo que sólo se tiene con el tiempo, y eso se llama experiencia. Se dio a la tarea de nutrir su cuerpo adecuadamente, ejercitarlo, someterse a terapias para llegar al 100%; lo logró, y desde luego hay que reconocer que el tipo de juego estético, plástico sin forzar espalda, piernas, muñecas y codo, ayudó muchísimo. Al jugar, parece un bailarín, no desperdicia un movimiento, no exige de más a su maquinaria llamada cuerpo. También decidió jugar los torneos más importantes. Recién conquistó su título número 20 de Grand Slam en el Abierto de Australia ( es el tenista con más títulos grandes en toda la historia) su número seis en ese país, tiene ocho títulos del torneo de Wimbledon, cinco del US Open y uno de Roland Garros en Francia. Quien más se le acerca en títulos de Grand Slam es el español Rafa Nadal, con 16. Posee la marca de mayor permanencia en el número uno de la clasificación ATP, con 302 semanas, y 237 consecutivas, lo cual también es un récord. Muy atrás están Jimmy Connors, que estuvo 160 semanas, e Ivan Lendl, con 157. Con 36 años y 6 meses, el suizo volverá a ser desde el próximo lunes en el número uno mundial, siendo el de más edad de la historia, y lo aseguró al vencer al holandés Robin Haase en el Abierto de Rotterdam, (4-6 6-1 6-1). Así que mejorará el récord del estadounidense André Agassi, quien fue número uno mundial en 2003, con 33 años. Desde noviembre de 2012, no lidera el ranking mundial, así que también batirá la marca de haber estado más tiempo entre ser número uno y volver a la cima con cinco años y 106 días.