Gil Zuarth cortó orejas y rabo

En un hecho inusitado, el senador Roberto Gil Zuarth dejó el Senado de la República cortando orejas y rabo, además de ser ovacionado por el respetable que se caracteriza por ser un conocedor de la fiesta brava política. En su discurso de despedida, el senador Gil recordó a los espectadores que lleva 20 años ininterrumpidos en el ejercicio de la actividad política. A veces uno pierde la dimensión, la perspectiva, se acostumbra uno al amasijo de privilegios que implican los cargos públicos y pierde uno de vista que la política es mucho más que el poder, el poder es el instrumento de la política, pero no es la definición de la política. La buena política es diálogo, es encuentro, es conciliación, es el reconocimiento del otro, es empatía, es cruzar la frontera de tus propias convicciones para abrazar las convicciones de los otros, reconoció. Es un momento de tomar distancia; es ególatra decir que es una pausa. Los políticos sabemos cuándo nos vamos, pero no sabemos cuándo regresamos; sabemos a partir de nuestras decisiones qué seguirá para nosotros, pero el lugar que tenemos en la política está circunscrita inevitablemente a los azares, a la fortuna, como decía Maquiavelo, señaló. Y reflexionó el senador Gil Zuarth: Hoy en día, las bases de legitimidad de la política están profundamente cuestionadas; cada vez es más aguda la distancia entre los ciudadanos y los políticos. Se ha generalizado un discurso que asume que la política y los políticos son de alguna manera los adversarios, los enemigos, los estorbos del desarrollo. Incluso la representación que aquí se ejerce, es en alguna forma una obstrucción a las buenas causas. Y ya encarrerado el ratón, abundó: Tienen razón los ciudadanos que desconfían de la política. En muchas ocasiones hemos desprestigiado con nuestro actuar la política, pero sin política no hay sociedad libre y no hay sociedad justa, la política es la alternativa a la violencia, al imperio del más fuerte, es la posibilidad de los diferentes, de vencerse en competencia, pero no de aniquilarse o destruirse. Tenemos que reivindicar la política, sugirió. Debe llegar un momento en México en el que esta profesión, la de político, sea dignificante, donde sea un honor hacer política y donde hacer política pueda ser el motivo de vida de cualquier persona, porque la política, es a final de cuentas la obligación de todo aquel que se asuma libre, remató. La ovación y los pañuelos blancos de los senadores que lo acompañaron salieron a relucir pidiendo orejas y rabo para el senador. El Senador Emilio Gamboa calificó al “matador” como un personaje talentoso y sensible. Por su parte Ernesto Cordero dijo que el PAN pierde a su mejor legislador, tribuno implacable; el mejor abogado panista de su generación, un mexicano convencido y ejemplar. Recordó que el Senador Gil Zuarth fue actor central en la aprobación de leyes y reformas estructurales. Como Presidente del Senado, por cierto, el más joven en la historia del Senado mexicano, aprobó acuerdos vitales y fundamentales para el futuro de México.