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Estamos en deuda con el PRI

OPINIÓN

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Tanto nos han dado, tanto les debemos. ¿Cómo pagarles el servicio a la Patria? ¿Por dónde empezar a agradecerles? ¿De qué manera compensarlos por sus buenas obras? ¿Por su desinteresado apoyo? ¿Por su amor a México? ¿Qué seríamos sin el PRI? No somos nada sin ellos, me cae. Que si un gobernador saqueó Quintana Roo. Bueno, sí, pero eso no empaña tantos logros. Que hubo otro que se robó medio Veracruz. Ajá, pero no es para tanto. Que otro se enriqueció al frente de Nuevo León. Bueno, esas cosas pasan. Que uno más trianguló recursos públicos en su favor y de su partido en Chihuahua. Ah, qué fijados. Que otros pactaron con el crimen el Tamaulipas. ¿A poco es tan grave? Que el Fiscal de otro, en Nayarit, era el líder del crimen organizado en el estado… ¿Qué la corrupción no es cultural? Además, para eso está la Secretaría de la Función Pública. Eso sí, en manos de los cuates, para que no haya falla. No vaya a ser que investigue y sancione a quien no debe. Y si no, ahí tenemos a la PGR, sin procurador, cierto, pero ya habrá tiempo para nombrarlo. ¿Cuál es la prisa? Y si aparecen escándalos como Odebrecht, o monumentos a la impunidad como el Paso Exprés, tampoco hay que rasgarse las vestiduras. El PRI nos ha dado tanto más. Cosa de ver si no, su último spot electoral. Porque ojo, así como nos lo dieron, nos lo pueden quitar. “Imagina un día sin atención médica para ti y tu familia. Un día sin desayunos escolares para los más necesitados. Sin créditos y apoyos para la vivienda. Sin maestros, escuelas, ni educación gratuita”, destaca el anuncio, con duración de 30 segundos. La idea del promocional –me imagino-, donde desaparecen ambulancias, edificaciones, comida para los niños, pupitres, maestros, médicos y enfermeras, es mostrar lo que pasaría si el PRI no gana la elección Presidencial. Negro futuro el que nos esperaría. Casi tan terrorífico como la voz en off del spot que, acompañada con música de piano, señala: “A veces no valoramos lo que tenemos, sin pensar que un día podemos perderlo o nos lo pueden desaparecer. Hemos construido las instituciones que hoy nos protegen y benefician a todos. En el PRI apostamos al futuro. Piénsalo”. Y, de nuevo, por arte de magia, se da el milagro: aparecen las imágenes que se habían desvanecido. El mensaje cierra con la identificación del partido: “México gana con el PRI”. Sin el PRI, los mexicanos perderíamos todo, faltó rematar. Sí, los ciudadanos debemos estar agradecidos por tanta bondad. Lo de menos es que cada cosa presumida sea constitucionalmente una obligación del gobierno en turno. ¿Qué importa que los programas sociales estén blindados contra el uso electoral? Desde 2004 la Ley general de Desarrollo Social estableció la frase: “Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa”. Los miles de millones de pesos desaparecidos por un cúmulo de impresentables que llegaron al poder bajo las siglas del tricolor es nada comparado con todo lo que el partido ha tenido a bien darnos. Gracias. Estamos en deuda con el PRI.