Javier García Bejos: Hablemos del futuro

Durante la semana tuve el gusto de asistir, por invitación de los Emiratos Árabes Unidos, a la Cumbre Mundial de Gobierno 2018, en donde delegados de más de 140 países y organismos internacionales concurrieron para dialogar sobre temas centrales para el buen gobierno: eficiencia, transparencia, innovación, tecnología, y también, sobre el fin último de la política pública, la felicidad de la gente. El multilateralismo de nuestro mundo global quizás encuentra en estos espacios las mejores oportunidades para intercambiar conocimientos; la agenda, desde un país sorprendente, es impulsada por la visión del futuro. No hubo momento que el cambio climático no fuera tema, con las energías renovables señaladas como imperativas. Del mismo modo, la tecnología para gobernar cerca de los ciudadanos fue expuesta por nuevas formas de llevar la administración pública, donde ciudadano y gobierno quedan conectados, cercanos y capaces de interactuar. El primer ministro de Francia, Édouard Philippe proclamó la necesidad de abandonar las utopías del futuro para construir una transformación con consenso y causa, fundada en valores universales. El Primer ministro de la India, Narendra Modi, compartió con optimismo la visión del porvenir, en donde la tecnología se convierte en la gran aliada contra el aislamiento y la desigualdad, donde dijo, la felicidad es la mayor forma de riqueza, por lo que los gobiernos deben alinear esfuerzos para garantizarla. En México, compartimos, estamos usando tecnología para focalizar recursos con el Sistema de Información Social Integral (SISI), proyecto respaldado por el Banco Mundial y que es uno de los grandes legados de la política social de Estado del presidente Peña Nieto. Y sí, a pesar de las tensiones de la globalización, del discurso proteccionista de algunos y las ganas bélicas de otros, los más hablan y piensan sobre el futuro, un futuro donde todo cambiará para bien. Por eso, los gobiernos debemos hacerlo con el mismo ritmo, pero más aún, con la visión que está invadiendo el espíritu de crecimiento de muchos países en donde gobernar no solamente se trata de administrar sino también de innovar. México, no tengo duda, será una gran potencia, al transformarse y acelerar su paso al futuro. Para lograrlo, debemos dejar la frivolidad del debate estéril y repensar que sólo un país gobernado con profesionalismo, sin saltos al vacío, incluyente y con ganas de sumar y no restar, podrá llenar su potencial. En un programa de la Cumbre, leí “Ministerio 2071”; pensé que era un error de impresión, pero no. Hay países que planean y gobiernan pensando en lo que sucederá en los siguientes 50 años. Se habla de los satélites, el envejecimiento de la población y la inteligencia artificial, mientras aquí los melancólicos por los ochenta quieren dar vuelta en u y echar abajo el nuevo aeropuerto, hablar de amnistías y de los de arriba y los de abajo. Por favor, es hora de empezar a hablar del futuro. México se lo merece.  
SUBSECRETARIO DE PLANEACIÓN DE SEDESOL