En diez años lo lograron. Fue apenas hace una década que Altex cambió de manos. Ese breve lapso bastó para que José Ávalos construyera una de las más poderosas empresas hortofrutícolas del país: “nosotros procesamos 527 millones de kilogramos de producto para lo cual utilizamos 38 mil hectáreas. En México, a nivel industrial, debe haber una media docena de grupos grandes e importantes; pero ninguno con la trascendencia y con la responsabilidad social que tenemos”.
Altex está detrás de cuatro grandes fenómenos: (1) la poderosa transformación reciente del campo mexicano; (2) el proceso de migración invertida; (3) la vigorosa exportación de productos agroalimentarios hacia EUA; y (4) la elevación de la productividad en industrias primarias.
“A nosotros no nos gusta cacarear el huevo. No le invertimos al campo; no le invertimos a la gente en capacitarla y en hacerla más productiva; y no le pagamos 3 y media veces el salario mínimo para que se sepa. No lo hacemos con esa intención. Lo hacemos porque realmente queremos hacer una diferencia en el campo y que la gente tenga una fuente de trabajo bien remunerada”.
Ha funcionado. Altex pasó de producir 8 millones de lechugas al año, a 20 millones, y a hacerlo en un espacio de siete hectáreas. Su presencia se ha notado. Cualquiera que haya visto la marca “Eva” en el anaquel del autoservicio lo ha detectado. Asimismo, en solo diez años, utilizando alta tecnología, logró lo inimaginable:
“Tenemos 10 plantas en México. Procesamos desde champiñones hasta concentrados de cítricos —jugo de naranja y toronja—; hacemos unos vasos que se llaman Vita Plus; le maquilamos a Costco bajo la marca Kirkland; somos la planta más grande del mundo en producción de coliflor y de brócoli, de lo que exportamos el 100 por ciento de la producción a Estados Unidos y Canadá…”
Altex tiene una meta grandiosa: potenciar al máximo las capacidades de producción del campo mexicano. Un ejemplo lo clarifica: a los productores independientes que buscan cobrarle más por sus productos les proponen otra estrategia, y en lugar de pagar más precio les ayudan, por ejemplo, a elevar de 18 a 25 toneladas la productividad de su plantación por hectárea. ¿Cómo? Con tecnología. La empresa tiene 1,200 proveedores y cuenta con una Universidad donde capacita sobre fertilizantes, herbicidas, insecticidas.
Ávalos piensa que los posibles cambios al TLCAN nos beneficiarán, y cree que no es realista un cierre de la frontera. Y se pronuncia en contra de los “programas en los que nada más les regalan dinero a los productores”.
9 DÍAS con EUROPA
Con Juan Carlos Baker a la cabeza, en marcha ya la Novena Ronda para el acuerdo con Europa. El gran tema… las “indicaciones geográficas”. En otras palabras: saber si el queso manchego será o no el de La Mancha. Ahí está el meollo.