Desde la embajada de Polonia en México defienden la ley de su presidente Andrzej Duda para encarcelar hasta con tres años a quien sugiera que el estado o la nación polaca tuvieron alguna responsabilidad en el holocausto, tema que abordamos en la columna del 8 de febrero pasado.
Es correcto lo que nos dice la representación diplomática: el Estado como tal no tuvo ninguna participación directa en los atroces crímenes del régimen de Hitler, perpetrados en Polonia. Por ello en el artículo en cuestión nunca se mencionó al Estado como autor de esos asesinatos. Sería injusto atribuirle eso.
Nos explican que la ley de Duda no pretende sancionar a quien señale a polacos, como individuos específicos, que sí colaboraron con los nazis, sino “contrarrestar las falsas atribuciones de responsabilidad por las atrocidades en cuestión”. También, de acuerdo.
Coincidimos también en que es injusto para el pueblo Polaco, un pueblo siempre solidario y encomiable, atribuirle crímenes cometidos por algunos de sus ciudadanos, durante el Tercer Reich alemán.
Pero el fondo del asunto son los tres años de prisión a quien o quienes sugieran, así sea erróneamente, que Polonia colaboró con los nazis. “Se sancionarán solamente los casos de afirmaciones públicas y generalizadas que atribuyan falsamente a la nación polaca o al pueblo polaco la responsabilidad o corresponsabilidad por el Holocausto u otros crímenes nazis”, confirma la embajada.
Es como si el gobierno de México fijara pena de cárcel a todos los que atribuyen falsamente al Estado la desaparición de los 43 de Ayotzinapa.
El atentado es contra la libertad de expresión. Y por ahí se empiezan a coartar libertades.
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Borregazo lanzó el aparato elbista para difundir un amparo que supuestamente despojaba a Juan Díaz de la Torre de la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
El recurso en cuestión sólo otorgaba una suspensión provisional a tres personas que se quejaron por la toma de nota al líder gremial, sin que eso signifique que haya sido removido en definitiva por orden judicial, pues aún falta que el juez revise al fondo los argumentos y emita su fallo final.
Pero se buscaba hacer ruido contra uno de los aliados del gobierno del Presidente Enrique Peña, quien encarceló a la maestra Elba Esther Gordillo y la mantiene bajo proceso judicial. Para demostrarle que aún tiene fuerza.
Y para dejar claro de qué lado está la ex lideresa del SNTE, su nieto René Fujiwara, su yerno, Fernando González, y su brazo derecho, Rafael Ochoa Guzmán, acompañaron a AMLO en sus últimos actos de precampaña.
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EN EL VISOR: Acabaron las precampañas, pero no los spots. Y los que llamaban a votar por “ya saben quién” seguían transmitiéndose ayer, cuando ya no se puede llamar al voto ni promocionar a candidato alguno, según la ley. ¿Error o descuido del INE, órgano que pauta los anuncios?